El rector Danilo Hernández solicitó apoyo a la Alcaldía de Barranquilla y a la Policía para evitar la instrumentalización del campus por colectivos y barras futboleras.
La Universidad del Atlántico, una de las instituciones educativas más emblemáticas del Caribe colombiano, emitió una alerta institucional el pasado 22 de mayo frente a la posibilidad de alteraciones del orden público en sus inmediaciones, motivadas por la circulación en redes sociales de una convocatoria no autorizada.
El evento, denominado “Conversatorio El Aguante: Tesis de Pasión para la Paz”, estaba programado —según publicaciones informales— para llevarse a cabo en las instalaciones de esta alma mater, sin que existiera permiso oficial para su realización. Ante este escenario, el rector Danilo Hernández Rodríguez dirigió una comunicación formal al doctor Yesid Turbay Pereira, jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía Distrital de Barranquilla, solicitando intervención urgente y coordinación con la Policía Metropolitana y demás autoridades.
En la misiva, Hernández expresó su preocupación por la convocatoria, en la que aparentemente estarían involucrados colectivos sociales y barras organizadas del ecosistema futbolístico local. La presencia de estos grupos en los alrededores del campus principal de la universidad, ubicado en Puerto Colombia, podría representar un riesgo considerable para la tranquilidad y seguridad de la comunidad universitaria.
“La Universidad no ha autorizado ni facilitado el uso de sus espacios físicos para tal actividad, y esta desinformación ha suscitado una movilización que podría desencadenar situaciones que alteren el normal desarrollo de nuestras actividades académicas y administrativas”, señala el rector en el documento enviado a la Alcaldía.
El evento, cuyo contenido anunciado hace alusión a la “pasión futbolera como tesis para la paz”, inicialmente prevé una concentración en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, lo que ha generado inquietudes en diversos sectores académicos y administrativos. La Universidad del Atlántico subraya que su misión institucional no debe ser instrumentalizada para fines que, aunque puedan tener una intención pacifista, no cuentan con respaldo formal de las directivas ni del cuerpo docente.
La preocupación también se enmarca dentro de un contexto más amplio de preservación de los espacios académicos como lugares de reflexión, formación y debate crítico, sin interferencia de intereses que puedan poner en riesgo la convivencia ciudadana. La Universidad, que actualmente cuenta con Renovación de Acreditación Institucional de Alta Calidad (Fles 020199 del 31 de octubre de 2024 otorgada por el Ministerio de Educación Nacional – MEN), ha reiterado su compromiso con el desarrollo de una educación pública de excelencia, orientada a la paz, pero dentro de los canales institucionales adecuados.
La carta también recalca la necesidad de garantizar la integridad del personal docente, administrativo y estudiantil, así como el desarrollo de las clases y demás actividades académicas sin contratiempos. Por ello, el rector solicita acciones preventivas concretas, como vigilancia en puntos estratégicos y monitoreo constante de los movimientos sociales convocados para ese día.
El documento finaliza con un agradecimiento por la disposición de las autoridades locales y una apertura para mantener canales de coordinación permanentes, de cara a mitigar cualquier impacto negativo sobre la vida universitaria. La solicitud del rector ha sido bien recibida por varios sectores, incluidos padres de familia, estudiantes y profesores, quienes valoran la proactividad de la institución en defensa de su autonomía y de su entorno académico seguro.
Este episodio reabre el debate sobre el uso de espacios universitarios para fines de movilización social no regulada. Aunque la Universidad del Atlántico se ha caracterizado por su apertura al diálogo, las autoridades insisten en que toda actividad dentro del campus debe estar enmarcada en la normatividad institucional y contar con el visto bueno de los órganos pertinentes.
A la espera de una respuesta formal por parte de la Alcaldía y las fuerzas del orden, la comunidad académica se mantiene alerta, mientras se busca preservar el equilibrio entre el respeto a la libre expresión y la necesidad imperativa de proteger el orden público.
Y.A.