Por: Estudiantes de la Licenciatura en Educación Artística y Cultural
Desde el análisis del doctor Reynaldo Mora Mora y sus contribuciones a la educación y en especial al
currículo, abordando el tema desde un punto nacional se coloca de manifiesto aspectos cruciales en consideración. Con respecto del sistema educativo colombiano se evidencia una profunda desigualdad social mediante los mecanismos de evaluación como es el caso de las pruebas de Estado, que lejos de medir las capacidades reales de los estudiantes, se convierten en dispositivos de exclusión, especialmente para los jóvenes de sectores periféricos.
Debido a que, la estandarización ignora las múltiples realidades culturales, sociales y económicas del país, marginando a mentes soñadoras que ven frustrado su acceso a la educación superior. Como consecuencia, la imposición de un currículo oficial promovido por unos pocos, ha transformado la formación en un camino hacia el desempleo, la marginalidad y la resignación, más que en una vía de liberación.
Por ende, es urgente implementar una mirada crítica que desmonte este modelo homogéneo y que permita el diseño de evaluaciones justas, pertinentes y contextualizadas, que reconozcan la riqueza y diversidad del país.
Cabe mencionar que, en este contexto, el papel del educador crítico se vuelve imprescindible; no se puede seguir limitándose a reproducir un sistema fallido, sino que se debe asumir la responsabilidad ética y política de inquietar a la sociedad, de reconciliar las instituciones educativas con sus comunidades y generar nuevas rutas de esperanza para la juventud.
Por lo cual, el currículo no debe ser una estructura rígida e inflexible, más bien, debe generar procesos desde las
experiencias y saberes; con una visión transformadora desde las realidades sociales.
En definitiva, un Currículo Contextualizado y Pertinente (CCP) permite vincular los saberes escolares con las
problemáticas sociales, promoviendo la formación de ciudadanos éticos, críticos y comprometidos con su entorno. Así pues, esta visión reconoce al currículo como un movimiento ético-formativo y político capaz de renovar valores, responder a los cambios culturales y proyectar una educación más humana e inclusiva con las diferentes formas de vida. Este texto hace parte de las preocupaciones de los estudiantes de la Fundación Universitaria de Popayán en la Licenciatura en Educación Artística y Cultural, siendo su director el profesor Carlos Manuel Cardona Chávez. Este ejercicio escrito ha sido impulsado desde dicho programa por la docente Neyla Gómez Guamanga en el curso de Teoría y Diseño Curricular (I-2025).