El gremio hotelero denuncia que la medida del gobierno venezolano frena la reactivación del turismo binacional y afecta las reservas de vuelos, hospedaje y la planificación del sector en zonas fronterizas.
La reciente suspensión de vuelos entre Colombia y Venezuela, anunciada por el gobierno de Nicolás Maduro, ha encendido las alarmas en el sector turístico colombiano. Así lo expresó el presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), José Andrés Duarte, quien advirtió que esta medida representa un retroceso en los avances logrados en materia de conectividad aérea binacional, afectando de forma directa al turismo, la hotelería y los proyectos de desarrollo local en las zonas de frontera.
“El Gobierno Nacional, además desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, recordamos bastante bien el llamado para que las aerolíneas privadas e incluso Satena, como aerolínea del Estado, empezaran a trabajar en esa conectividad aérea con el vecino país”, señaló Duarte. El dirigente gremial recordó los esfuerzos emprendidos por las autoridades colombianas para restablecer una relación aérea estable entre ambos países, con el propósito de impulsar el turismo regional y fortalecer los lazos económicos fronterizos.
La decisión de interrumpir los vuelos impacta no solo los planes inmediatos de cientos de viajeros, sino también un proceso de integración económica que se venía consolidando desde el año pasado. “¿Qué va a pasar entonces con esas reservas ya de tiquetes aéreos que se tenían y que se contaban por supuesto materializar en los destinos de nuestro país? ¿Qué pasa con esas habitaciones? ¿Qué pasa con esa hotelería que se podría beneficiar precisamente de esa conectividad aérea?”, cuestionó Duarte, evidenciando el golpe que representa para el ecosistema turístico.
Según Cotelco, esta medida deja en pausa múltiples reservas hoteleras, compromete la ocupación en destinos clave del país y perjudica particularmente a los establecimientos turísticos en regiones fronterizas, donde la expectativa por el restablecimiento del tránsito aéreo era alta. Además, afecta a turistas y empresarios que ya habían planificado sus desplazamientos y estancias, especialmente en departamentos como Norte de Santander, Arauca, La Guajira y Cesar, zonas tradicionalmente sensibles y con necesidades urgentes de dinamización económica.
“El turismo tradicional no es el único que se ve afectado. En la región, en la frontera puntualmente, había acercamientos ya para estimular más conectividad aérea que movilizara y desplazara turistas allí. Y eso es muy importante”, añadió Duarte, subrayando que los impactos trascienden lo meramente económico para tocar también el tejido social y cultural de estas zonas.
En este contexto, la cancelación no solo genera incertidumbre entre los viajeros, sino que trunca los procesos de planificación de las aerolíneas y del sector hotelero, que necesitan certeza para organizar rutas, gestionar personal, y proyectar inversiones. “Con estas señales, por supuesto, se trunca un proceso y limita los ejercicios de planificación y destinación de estas aeronaves y de esta conectividad aérea, como también de las planificaciones de la hotelería, que podría verse afectada por la cancelación de esa conectividad”, afirmó el dirigente gremial.
Cotelco reitera que esta situación podría tener consecuencias graves si no se corrige en el corto plazo. La falta de una conectividad aérea fluida entre ambos países limita las oportunidades de expansión turística, impide el crecimiento de microempresas vinculadas al sector, y erosiona la confianza de los inversionistas que apostaban por la reactivación binacional.
El gremio hace un llamado urgente a los gobiernos de Colombia y Venezuela para que retomen el diálogo en torno a la reactivación de los vuelos, reconociendo que la cooperación aérea es fundamental para el desarrollo económico y social de ambas naciones. También pide al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que mantenga sus esfuerzos diplomáticos y técnicos para evitar que se deshagan los avances alcanzados.
En definitiva, la suspensión de vuelos no solo representa un obstáculo logístico: es un freno al crecimiento turístico, una amenaza a la estabilidad económica regional y un revés para la tan anhelada integración entre Colombia y Venezuela. La urgencia de retomar la conectividad se convierte así en una prioridad no solo para el turismo, sino para las comunidades que ven en él una salida viable a la pobreza y la exclusión.
Y.A.