Gobierno propone consensos para impulsar la reforma laboral en el Senado

Ministros Armando Benedetti y Antonio Sanguino.

Ministros y senadores debatieron en la Comisión Cuarta sobre los cambios que tendrá el proyecto, mientras el Ejecutivo insiste en construir acuerdos “por el bien de los trabajadores”.

En un ambiente de diálogo y con una postura de apertura, el Gobierno Nacional manifestó su intención de avanzar en la aprobación de la reforma laboral a través de consensos con los distintos sectores políticos representados en el Senado. La discusión tomó forma durante una sesión de trabajo de la Comisión Cuarta del Senado de la República, que inició el análisis del proyecto, luego de que fuera revivido tras aceptarse una apelación en la plenaria.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, lideró la vocería del Gobierno durante la sesión y dejó clara la disposición del Ejecutivo para negociar ajustes al articulado que ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes. “Venimos aquí de pláceme, venimos aquí con el mayor interés, sabemos y recalcamos y aplaudimos el interés que usted tiene y el cronograma ambicioso que se han propuesto. Y nosotros creemos en eso y estamos aquí para colaborar y llegar a los acuerdos necesarios por el bien de los trabajadores”, afirmó Benedetti frente a los congresistas.

El mensaje del ministro fue bien recibido, aunque con reservas. Los ponentes del proyecto recalcaron que el texto tendrá modificaciones sustanciales. Según el senador Juan Felipe Lemos, coordinador ponente de la iniciativa, no se trata de desmantelar la propuesta, sino de enriquecerla para que responda mejor a las realidades del país y las necesidades de los distintos sectores laborales y empresariales.

“El mensaje de la Comisión es que tengan la tranquilidad de que aquí no se va a peluquear la reforma, se van a hacer cambios, porque no vamos a actuar como caballos cocheros, nunca lo hemos hecho”, declaró Lemos, quien también pidió al Gobierno y a los actores sociales moderar el tono del debate público. “Les solicito a ustedes que apaguen y le bajen a la temperatura de la presión en la calle, para que nos permitan hacer un ejercicio sin distracciones, sin presiones, sin ataques y sin señalamientos”, añadió.

Por su parte, el senador John Jairo Roldán, también coordinador de la ponencia, reiteró que no habrá una propuesta para archivar el proyecto, despejando así las dudas de quienes temían un nuevo revés para la iniciativa del Ejecutivo. “En esta comisión tomamos una decisión, no va a haber un archivo de la ponencia, no lo va a haber, va a haber una discusión, ya escuchamos 84 sectores, desde ciudadanos de a pie, hasta gremios”, explicó Roldán, quien también se comprometió a entregar una nueva ponencia concertada a más tardar el martes de la próxima semana.

Las declaraciones de los senadores reflejan un ánimo constructivo, pero también una clara intención de ejercer control legislativo sobre una propuesta que ha generado controversias en el sector empresarial, sindical y en amplios sectores de la opinión pública. La reforma laboral presentada por el Gobierno busca modificar aspectos estructurales del Código Sustantivo del Trabajo, incluyendo temas como la estabilidad laboral, la tercerización, la jornada diurna y nocturna, y el fortalecimiento de los derechos sindicales.

La discusión en la Comisión Cuarta se produce en un momento clave del calendario legislativo. Se espera que entre el 27 y 30 de mayo, se inicie la votación en tercer debate, con el objetivo de que la reforma pueda ser aprobada en su totalidad antes del 20 de junio, fecha en la que culmina el actual periodo de sesiones ordinarias en el Congreso.

El ambiente en la Comisión, aunque con diferencias ideológicas, apunta hacia la construcción de una ponencia concertada que refleje tanto el espíritu reformista del Ejecutivo como las preocupaciones técnicas, jurídicas y sociales de los legisladores y los sectores consultados.

El Gobierno, por su parte, deberá seguir tejiendo consensos y flexibilizando su postura si quiere ver su reforma laboral convertida en ley. Con la promesa de diálogo y sin intención de imponer el texto original, la administración de Gustavo Petro intenta rescatar una de sus principales banderas políticas ante un Congreso que ha demostrado ser mucho más deliberante que dócil.

Y.A.