Fenavi revela el verdadero interés de China en el pollo colombiano: partes que aquí no se valoran

El presidente de Fenavi, Gonzalo Moreno, insta a replantear la estrategia comercial hacia China y aprovechar la demanda por productos poco valorados en Colombia, mientras reclama mayor articulación entre el Gobierno y el sector privado.

El presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), Gonzalo Moreno, advirtió que el país está cometiendo un error estratégico en su aproximación al mercado chino. Según sus declaraciones, Colombia debe dejar de ofrecer lo que cree que China quiere y, en cambio, enfocarse en entender y atender lo que realmente demanda ese país asiático.

En el caso específico del sector avícola, Moreno detalló que el interés chino no está centrado en pechugas ni muslos, como se pensaría desde una lógica occidental, sino en partes menos valoradas comercialmente en Colombia como las garras, las crestas y las puntas de ala. «En restaurantes chinos, por ejemplo, es común que los consumidores pidan garras como entrada, mientras que las crestas o las puntas de ala se utilizan como acompañamientos habituales, incluso en espacios sociales informales», explicó.

Este cambio de perspectiva, aunque pueda parecer marginal, podría abrir una ventana económica significativa. Fenavi estima que una vez se logre la admisibilidad sanitaria para exportar oficialmente productos avícolas a China, Colombia podría alcanzar un valor potencial de 150 millones de dólares anuales en ventas al gigante asiático. “El proceso ya está en curso, tras la recepción de los formularios enviados por las autoridades chinas. Aunque se trata de un trámite largo, la industria ya avanza con presencia en ese país a través de productos procesados, que permiten ingresar de forma más ágil”, afirmó Moreno.

Sin embargo, pese al potencial de este mercado, el presidente de Fenavi lamentó la exclusión del sector avícola en la reciente misión presidencial a China, en la que participaron más de 200 empresarios brasileños y se concretaron diversos acuerdos de cooperación. «Abrir mercados debe ser una política de Estado, no de gobierno, y el proceso debe ser impulsado de manera conjunta entre el sector público y privado», subrayó, dejando entrever la necesidad de mayor articulación institucional.

El señalamiento de Moreno revela una debilidad estructural en la estrategia de internacionalización del país: la falta de diálogo entre los tomadores de decisiones y los gremios que conocen de primera mano la demanda real de los mercados internacionales. Este tipo de desconexión puede traducirse en oportunidades perdidas, sobre todo en un contexto global en el que los hábitos de consumo varían radicalmente de una región a otra.

Además de los retos internacionales, el dirigente gremial también expresó su preocupación por los problemas internos que afectan la operación del sector. Mencionó los bloqueos en el Valle del Cauca, especialmente en puntos clave como la recta Cali–Palmira y en Candelaria, como una amenaza directa a la movilidad de alimentos y al abastecimiento general. Aunque el puerto de Buenaventura permaneció operativo, el cierre de las vías alternas ha dificultado el transporte de productos esenciales.

En este contexto, Moreno hizo un llamado al respeto por el derecho a la protesta, pero sin vulnerar derechos fundamentales como la libre circulación. «Es legítimo manifestarse, pero los bloqueos de carreteras no solo afectan la movilidad de personas y bienes, sino que también ponen en riesgo la seguridad alimentaria y el funcionamiento de sectores esenciales como el avícola«, concluyó.

Sus declaraciones no solo denuncian una situación crítica, sino que también exponen la necesidad urgente de repensar la logística nacional y la política comercial exterior. Mientras países como Brasil consolidan relaciones con China a través de misiones multisectoriales, Colombia parece desaprovechar su potencial, no por falta de productos de calidad, sino por una estrategia errática que no escucha a sus propios sectores productivos.

En resumen, el llamado de Fenavi no es menor: se trata de pensar estratégicamente en cómo Colombia puede insertarse de manera eficaz en mercados no tradicionales, atendiendo sus verdaderas demandas y construyendo relaciones bilaterales a partir del conocimiento técnico, no de la improvisación política. La oportunidad está, literalmente, en las garras del pollo. Solo hace falta aprovecharla.

Y.A.