Trump conversa por separado con Putin y Zelenski en un intento por lograr alto el fuego en Ucrania

Tras el fracaso de las negociaciones directas entre Moscú y Kiev, Donald Trump busca impulsar un proceso de paz con llamadas a los líderes de Rusia y Ucrania, mientras crecen las tensiones y ataques en el terreno.

En un nuevo y sorpresivo intento por impulsar la paz en Europa del Este, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo este lunes 19 de mayo conversaciones telefónicas por separado con el mandatario ruso, Vladimir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Las llamadas ocurren apenas días después del estancamiento en las primeras negociaciones directas entre Moscú y Kiev desde los primeros meses de la guerra en Ucrania, iniciada hace más de tres años.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó a la agencia estatal RIA que los preparativos para la llamada entre Trump y Putin se encontraban en marcha desde la madrugada. Horas más tarde, Trump conversó con Zelenski, así como con líderes de la OTAN, en lo que denominó como “un día que podría ser productivo” en su plataforma Truth Social.

Ojalá se produzca un alto el fuego y esta guerra tan violenta, una guerra que nunca debería haber sucedido, termine”, escribió Trump, subrayando su esperanza de que su intervención contribuya a un avance real en el proceso de paz, a pesar del evidente estancamiento en las conversaciones formales entre ambas naciones.

Las recientes negociaciones entre Rusia y Ucrania, celebradas en Estambul, no lograron concretar un acuerdo sobre el alto el fuego. Aunque ambas partes se comprometieron a presentar planes para una tregua y acordaron el intercambio de 1.000 prisioneros de cada lado, las discusiones estuvieron marcadas por fuertes tensiones. Ucrania acusó a Moscú de sabotear los esfuerzos de paz al exigir el retiro de las tropas ucranianas de su propio territorio, una demanda que Kiev calificó como “inaceptable”.

En ese contexto, Trump ha decidido tomar cartas en el asunto. Su vicepresidente, J.D. Vance, explicó que existe un “impasse” en el conflicto y que Washington, bajo el liderazgo republicano, está considerando “distanciarse del asunto” si Moscú no muestra voluntad real de diálogo.

Se necesitan dos para bailar un tango”, expresó Vance ante los medios. “El presidente está dispuesto a intentarlo, pero si Rusia no lo está, diremos: esta no es nuestra guerra. Valió la pena intentarlo, pero ya no lo haremos”.

Mientras tanto, las acciones militares de Rusia no dan señales de disminuir. El domingo 18 de mayo, en vísperas del diálogo con Trump, el Kremlin ordenó lo que se considera el mayor ataque con drones contra Ucrania desde el inicio de la guerra. Las fuerzas rusas también habrían intentado lanzar un misil balístico intercontinental, según informó el servicio de inteligencia ucraniano, aunque no ha habido confirmación por parte de Moscú.

Las condiciones para un cese de hostilidades siguen siendo un escollo. En junio de 2024, Putin reiteró que Ucrania debía renunciar oficialmente a su aspiración de ingresar a la OTAN y retirar sus tropas de las cuatro regiones que Rusia reclama como propias. Por su parte, Zelenski mantiene la postura de que no aceptará condiciones que impliquen una pérdida de soberanía.

En medio de este panorama complejo, líderes europeos como el presidente francés, Emmanuel Macron, han respaldado el plan de Trump para un alto el fuego de 30 días, calificándolo como una oportunidad para que Rusia demuestre si realmente busca la paz. Macron discutió la propuesta con el primer ministro británico, Keir Starmer, así como con líderes de Alemania, Italia y Estados Unidos, según un portavoz de Downing Street.

No obstante, la cautela sigue dominando la posición rusa. Según declaraciones del Kremlin, “los combates no pueden detenerse hasta que se aclaren condiciones cruciales”. Esto pone en duda la eficacia inmediata de los esfuerzos de Trump, quien intenta posicionarse como mediador global en plena campaña presidencial.

La comunidad internacional sigue expectante. Mientras los ataques persisten y las demandas se endurecen, la pregunta central permanece: ¿podrá Trump concretar algún avance tangible o sus esfuerzos serán otra anotación simbólica en la extensa lista de intentos fallidos por detener la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial?

Y.A.