¿Revive la reforma laboral?

El adagio popular nos enseña que en política nada está escrito, un clásico ejemplo de este tópico es que la polémica reforma laboral emanada del poder ejecutivo continuará su tránsito en el Senado de la República luego que se “hundiera” a mediados de marzo en la Cámara de Representantes.

Como se sabe, el Gobierno intentó mantenerla a flote mediante una consulta popular, pero esta iniciativa naufragó por la negativa votación que recibió el pasado miércoles; ese mismo día el Senado decidió que el debate de la reforma laboral, no se definirá en las urnas sino en su recinto.

Este proyecto de ley iniciativa del Gobierno Nacional, cumplió sus dos primeros debates en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, cuando a lo largo de las correspondientes discusiones su texto experimentó varios ajustes, en un intento por llegar a la etapa de conciliación entre sus defensores y opositores, para que al Senado pasara a un texto medianamente conciliado.

Uno de los mayores cambios que experimentó el articulado original consistió en el recorte de una mayor parte del capítulo relativo al aspecto sindical, teniendo en cuenta que los Representantes del Pacto Histórico, lo que aspiraban era poner a Colombia a tono con los acuerdos que ya se han suscrito en el ámbito internacional respecto este tópico.

Según los críticos de la reforma a la que hoy hacemos alusión, las implicaciones de ese capítulo apuntaban a una notable asimetría entre los empleadores y los trabajadores, como también cambios injustos en las reglas de juego para la realización de huelgas y otras actuaciones sindicales.

El texto que pasó al Senado mantiene artículos en favor de las centrales obreras, tales como la determinación de las conductas antisindicales y los límites a la suscripción de pactos colectivos.

De acuerdo con lo que se conoce hasta ahora, los artículos más polémicos del referido proyecto de ley, son los atinentes a la definición de la jornada nocturna, como también la remuneración cuando el trabajo se realiza en días de descanso.

El tema de la informalidad –el popular rebusque– también estará en el centro del debate, pues Colombia atraviesa por un panorama en el que los trabajadores por cuenta propia se han convertido en el motor de la generación de muchos empleos, lo que para algunos pone en duda la calidad del trabajo.

Sobre esto, el Gobierno a través de los congresistas de su partido ha insistido en que desde el año 2002 los trabajadores en Colombia perdieron muchos derechos los que con la reforma laboral que se tramita, se les regresarán.

La resurrección del proyecto de reforma laboral abre nuevamente la puerta a una discusión de fondo sobre el futuro del trabajo en Colombia; así las cosas, el regreso del articulado al escenario natural del Legislativo no solo constituye la oportunidad para un acuerdo institucional tras los recientes ataques y amenazas del Ejecutivo al Congreso, sino que representa así mismo, una vía para los consensos sobre los puntos claves de su contenido.

Ciertamente después de la aprobación de la apelación que revivió el proyecto, la reforma laboral continuará su tercer debate en la Comisión Cuarta del Senado

Lo que está en juego es más que el articulado de un proyecto de ley, porque se trata de la posibilidad de restaurar el diálogo social como mecanismo de transformación, empero se requiere aunar voluntades, porque las reformas de gran calado no se decretan, se construyen con estabilidad, confianza mutua y capacidad para salvaguardar la democracia.