La economía canadiense continúa mostrando señales de enfriamiento.
En abril, el país solo sumó 7.400 nuevos empleos, una cifra que, aunque cercana a lo esperado por analistas, no evitó que la tasa de desempleo subiera al 6,9 %, el nivel más alto desde noviembre pasado y el más elevado desde enero de 2017 si se excluyen los efectos de la pandemia.
El informe, publicado este viernes por Statistics Canada, revela una tendencia preocupante: es el tercer mes consecutivo sin un crecimiento significativo en el empleo, lo que refleja una desaceleración en la contratación, afectada por la incertidumbre económica global y la presión de aranceles sobre sectores clave como el automotriz, el acero y el aluminio.
El golpe más fuerte lo recibió la industria manufacturera, que perdió 31.000 puestos de trabajo —la mayor caída desde enero de 2009, sin contar la crisis del COVID-19—. Ontario, el núcleo industrial del país, fue la provincia más afectada. En Windsor, ciudad clave para la industria automotriz, el desempleo se disparó al 10,7 %, el más alto entre las 20 principales áreas metropolitanas.
Curiosamente, el débil crecimiento de abril estuvo impulsado casi exclusivamente por la administración pública, debido a contrataciones asociadas a la campaña electoral federal, lo que podría estar ocultando debilidades estructurales en otros sectores.
El número de personas que buscan trabajo o están temporalmente sin empleo aumentó en 39.000, y el 61 % de quienes estaban desempleados en marzo seguían sin trabajo en abril. La tasa de empleo cayó al 60,8 %, igualando mínimos recientes, mientras que la participación laboral aumentó levemente a 65,3 %.
A pesar del panorama, el crecimiento salarial anual para empleados permanentes se mantuvo en 3,5 %, y las horas trabajadas subieron un 0,4 % mensual y un 0,9 % en comparación con el año pasado.
Tras la publicación de estos datos, los mercados ajustaron sus expectativas: los operadores incrementaron las apuestas a un posible recorte de tasas por parte del Banco de Canadá en su reunión del 4 de junio. La economía pide alivio, y los ojos están puestos en el banco central.