Alarma sanitaria: 86 casos de fiebre amarilla y 38 muertes en Colombia en el último año y medio

Tolima concentra el mayor número de víctimas, mientras el Ministerio de Salud advierte sobre zonas de muy alto riesgo y hace un llamado urgente a la vacunación.

La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha reaparecido con fuerza en Colombia. El Ministerio de Salud y Protección Social ha reportado 86 casos entre el año 2024 y lo que va de 2025, de los cuales 38 personas han fallecido. Esta preocupante cifra ha encendido las alarmas de las autoridades sanitarias, que advierten sobre zonas de muy alto riesgo y reiteran la importancia de la vacunación como medida preventiva esencial.

Según el informe oficial, durante 2025 se han documentado 63 casos y 25 muertes por fiebre amarilla, siendo el departamento del Tolima el más afectado con 68 casos confirmados y 25 fallecimientos. Le siguen otras regiones como Huila, Cauca, Caldas, Guaviare, Putumayo, Meta, Caquetá, Nariño y Vaupés, donde también se han reportado casos, aunque en menor proporción.

El panorama es especialmente preocupante en zonas rurales y selváticas del país. En Putumayo, por ejemplo, se han registrado 7 casos, con un saldo de cinco personas fallecidas y solo dos sobrevivientes. En Caquetá, se han confirmado dos contagios, uno de los cuales resultó mortal. El Meta también reporta dos decesos y en Nariño, de dos casos confirmados, uno terminó en fallecimiento.

Ante esta situación, la Nueva EPS ha respaldado el llamado del gobierno nacional a intensificar las campañas de vacunación. El Ministerio ha clasificado las regiones afectadas en niveles de bajo, alto y muy alto riesgo, dependiendo de factores como el número de contagios y la ubicación geográfica por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar, condiciones ideales para la reproducción del mosquito transmisor.

La clasificación de muy alto riesgo implica que la población de estos departamentos debe ser inmunizada con urgencia. Esto incluye a comunidades rurales con difícil acceso a servicios de salud y a viajeros frecuentes a zonas tropicales, donde la probabilidad de contraer la enfermedad es mayor.

La fiebre amarilla se manifiesta inicialmente con síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas, vómito, irritaciones en la piel y un profundo cansancio. Según los especialistas, el período de incubación oscila entre 3 y 5 días tras la picadura del mosquito. Aunque en muchos casos la sintomatología puede confundirse con otras enfermedades como dengue, hantavirus o arenavirus, la fiebre amarilla puede ser letal si no se trata adecuadamente.

El infectólogo Jorge Alberto Cortés, del Hospital Universitario Nacional, enfatizó la importancia de la inmunización:

«La vacuna contra la fiebre amarilla es extremadamente segura. En general, los efectos adversos son leves y se manifiestan en el sitio de aplicación o como malestar general que puede durar dos días», explicó.

En cuanto a su aplicación, la vacuna es de una sola dosis para toda la vida. Las personas sanas, entre 1 y 60 años de edad, presentan un riesgo muy bajo al recibirla. No obstante, existen contraindicaciones. Quienes están en tratamientos inmunosupresores, pacientes con VIH, personas en tratamiento de cáncer o que han sido trasplantadas, no deben ser inmunizadas. Tampoco se recomienda para quienes son alérgicos al huevo, ya que el biológico se produce en este medio.

Una duda frecuente es qué hacer en caso de haber sido vacunado pero no contar con el carné de inmunización. Al respecto, Cortés indicó:

“La información de vacunación suele estar registrada en bases de datos del lugar donde se aplicó. Sin embargo, si se volviera a administrar, no habría riesgos relevantes”.

La fiebre amarilla no solo representa una amenaza para la salud individual, sino que pone en riesgo la salud pública en regiones donde la cobertura de vacunación es insuficiente. El Ministerio de Salud reitera que el país cuenta con el biológico de forma gratuita y disponible en la red pública de salud. Los ciudadanos pueden acercarse a los puntos de vacunación para recibirla sin necesidad de presentar síntomas previos.

En este contexto, se hace urgente que la población tome conciencia del peligro que representa esta enfermedad. El cumplimiento de los esquemas de vacunación, la adopción de medidas preventivas como el uso de repelentes, ropa protectora y la eliminación de criaderos de mosquitos, son pasos fundamentales para contener el avance de este brote que ya ha cobrado decenas de vidas en el país.

Y.A.