La senadora Cabal critica el destino de millonarios recursos mientras Colombia sufre carencias urgentes

Senadora María Fernanda Cabal

María Fernanda Cabal denuncia el envío de millonarios fondos a países aliados mientras persisten problemas urgentes en salud, educación y vivienda en Colombia.

La senadora María Fernanda Cabal ha generado un fuerte debate en el país tras criticar el envío de millonarios recursos del gobierno de Gustavo Petro a naciones como Cuba, Venezuela y Palestina, mientras Colombia atraviesa serias crisis internas que afectan a miles de ciudadanos. En un contexto donde sectores de la población claman por una atención urgente en áreas como salud, educación, vivienda e infraestructura, la legisladora cuestiona la prioridad de destinar fondos en ayudas internacionales.

De acuerdo con datos oficiales divulgados por la Cancillería, entre 2022 y 2025, Colombia ha destinado más de $3.495 millones de pesos en ayudas internacionales. Esta cifra ha causado controversia, especialmente considerando las declaraciones del presidente Petro, quien ha afirmado en varias ocasiones que el Estado está desfinanciado y no tiene los recursos necesarios para enfrentar los problemas internos del país.

Entre las ayudas más destacadas se encuentra el envío de $742.000 dólares a Palestina y Venezuela, además de 70.000 euros destinados a programas de cooperación en ambas naciones. Uno de los casos más polémicos fue la operación realizada en diciembre de 2024, cuando el gobierno envió un avión cargado con más de 10 toneladas de equipos eléctricos, alimentos y medicinas a Cuba, una operación valorada en más de $3.495 millones de pesos.

La crítica de Cabal, quien ha sido una de las voces más duras contra el gobierno actual, apunta a lo que considera un manejo irresponsable de los fondos públicos. “Regalando plata y malgastándola en clientelismo no hay presupuesto que alcance”, expresó la senadora, quien advirtió que esta política de ayuda exterior significa un abandono de las prioridades internas de Colombia. Para la legisladora, los recursos enviados al exterior podrían haberse invertido en resolver los graves problemas sociales y económicos que enfrentan los colombianos en su día a día.

En efecto, la situación interna de Colombia sigue siendo crítica. Hospitales públicos están al borde del colapso debido a la falta de insumos y personal médico, mientras miles de jóvenes aguardan en listas de espera para acceder a los subsidios educativos. Además, muchas familias vulnerables sobreviven en condiciones precarias, sin acceso a los servicios básicos, atrapadas en un contexto de pobreza y desempleo.

Cabal no es la única que cuestiona estas decisiones. Muchos consideran que el presupuesto nacional debería enfocarse en resolver las necesidades más urgentes del país, antes de destinar recursos a otros países. Según la senadora, en lugar de gastar dinero en cooperación internacional, el gobierno debería centrarse en mejorar el sistema de salud, invertir en programas de vivienda, reparar la infraestructura vial deteriorada y generar soluciones energéticas que el país necesita con urgencia.

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El debate también pone en evidencia la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos. Cabal y otros críticos piden una revisión exhaustiva de los presupuestos y el uso de los fondos destinados a la cooperación internacional. Aunque el gobierno defiende estas ayudas como parte de un compromiso diplomático y solidario con otros países que enfrentan crisis internas, la oposición insiste en que estas decisiones reflejan una desviación de las verdaderas prioridades nacionales.

La discusión, sin embargo, no es solo política; también es ética. La senadora citó al economista francés Frédéric Bastiat, quien afirmó: “Despilfarrar es robarse a uno mismo”. Esta frase resuena fuertemente entre quienes ven en estas ayudas internacionales una forma de mal manejo de fondos públicos, sobre todo en tiempos de crisis económica y social, cuando cada peso debería destinarse a mejorar las condiciones de vida de los colombianos.

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El gobierno, por su parte, ha defendido estas ayudas como gestos de apoyo humanitario y solidaridad con países amigos, pero la población no parece compartir esa visión. El sentimiento generalizado es que el gobierno debe priorizar las necesidades internas antes de comprometer recursos a programas de cooperación externa. Los colombianos, en su mayoría, exigen respuestas claras sobre el uso de los recursos públicos y la falta de inversión en los servicios básicos que afectan a millones.

En conclusión, el envío de recursos del gobierno de Petro a países amigos como Cuba, Venezuela y Palestina mientras los colombianos enfrentan serias dificultades internas ha desatado una polémica que continuará alimentando el debate político en el país. La priorización de los problemas nacionales sigue siendo una de las grandes demandas de la ciudadanía, y la respuesta del gobierno a estas críticas podría determinar el rumbo de la administración actual en los próximos años.

Y.A.