Nueve meses después de las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que fue proclamado ganador por un Consejo Nacional Electoral (CNE) afín al oficialismo pero incapaz de mostrar las pruebas de su victoria, la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela sigue estando cuestionada.
Luego de solicitar infructuosamente que las autoridades electorales venezolanas mostraran las actas que sustentaban la supuesta reelección de Maduro, una parte de la comunidad internacional optó por reconocer como ganador a Edmundo González Urrutia. El candidato de la oposición había publicado más de 80% de las actas de votación, según las cuales no solamente se habría impuesto en los comicios, sino que lo hizo con amplia ventaja.
Además, la controvertida elección dañó las relaciones de Maduro con algunos gobiernos que, por orientación ideológica, habrían tendido a alinearse con él, pero que ante los cuestionados resultados han optado por mantener algunas distancias como el de Gustavo Petro en Colombia y el de Lula da Silva en Brasil.
A pesar de estos cuestionamientos, el mandatario venezolano ha seguido contando con el respaldo de tres actores importantes en la escena Internacional: China, Rusia e Irán.
Los gobernantes de los tres países lo felicitaron por su «triunfo» en las elecciones y han reafirmado su apoyo al líder venezolano, cuyo gobierno ha estado sometido en los últimos años a sanciones internacionales.
En esa línea, este miércoles Maduro volvió a recibir un fuerte espaldarazo al suscribir en Moscú junto al presidente Vladimir Putin un acuerdo de asociación estratégica.
Este documento contempla el compromiso ambos países para impulsar iniciativas conjuntas sobre petróleo en el seno del grupo OPEP+, cooperar en la exploración y desarrollo de nuevos yacimientos de petróleo y gas, cooperar de forma más estrecha en la ONU y oponerse de forma conjunta a la imposición de sanciones unilaterales.
El apoyo de Rusia, China a Irán es clave para Venezuela.
Los dos primeros son grandes potencias y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -con derecho a veto-, mientras que el tercero es una potencia regional en Medio Oriente y uno de los principales países productores de petróleo y gas del mundo.
En oposición a Occidente, estos tres gobiernos han defendido constantemente la legitimidad de los mandatos de Maduro y estuvieron entre los primeros en reconocerle como ganador de las elecciones del 28 de julio.
Maduro, por su parte, siempre ha alabado los lazos que su gobierno mantiene con estos países a los que considera como socios estratégicos.
«Tenemos el apoyo de países con tecnología de punta en combate de drones, antidrones: nuestra hermana Rusia, nuestra hermana China, nuestra hermana Irán. Así que nadie se equivoque con Venezuela. Somos una nación de paz», dijo el mandatario venezolano durante un desfile militar el pasado 5 de julio para conmemorar la independencia de Venezuela.
Para este reportaje, BBC Mundo intentó consultar con portavoces del gobierno de Maduro, así como con las cancillerías y embajadas en Venezuela de China, Rusia e Irán. Al momento de publicar ese artículo no hubo respuesta.
Pero ¿cuán importante ha sido para Maduro el apoyo de estos países en la década que lleva en el poder? Y ¿qué ganan al respaldar al mandatario venezolano?
BBC