Por: Álvaro Cotes Córdoba
Con este último fallo del Consejo de Estado, son tres los que sus enemigos políticos y opositores al Cambio del movimiento político de FC se atribuyen y celebran apoteósicamente, porque ven en ellos que ahora sí hicieron justicia de satisfacer sus caprichos y deseos de destruir al movimiento político que los mantuvo por 12 años alejados del poder, lo que nunca les van a perdonar.
Los opositores a los gobiernos del Cambio, que trajeron obras en Santa Marta y ahora en el Magdalena, como nunca otros gobernantes de otros grupos políticos lo hicieron, no salen de la dicha desde que en contubernio con el Consejo Nacional Electoral, Registraduría Nacional e incluso el ex fiscal de bolsillo de cuyo nombre ya ni me acuerdo, evitaron que volvieran a la Alcaldía de Santa Marta a pesar de que ganaron las elecciones.
No hay que olvidar el refrán que dice: “Nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo” y menos cuando existe un submundo de derrotados por 12 años consecutivamente, con hambre de volver para recuperar lo que dejaron de robar y con sed de venganza.
Pero la felicidad en política no es eterna como casi nada en el Universo, y lo que por el momento pueden sentir como un triunfo de sus ambiciones egoístas, se les puede voltear la arepa en cualquier momento o la suerte comprada no les garantiza nada en las venideras elecciones.
Es más, los festejos y los contubernios se les borrará como experiencias vividas y solo podrán recordarlos en los sueños, si los tendrán.