Guterres alerta sobre plan israelí de «arrasar» y «conquistar» Gaza: “conducirá a más muertes y destrucción”

Antonio Guterres, secretario general de la ONU. // Foto: Captura de pantalla.

El secretario general de la ONU expresó su profunda alarma por la decisión del gabinete de seguridad israelí de ampliar su ofensiva militar en la Franja de Gaza, lo que implicaría un aumento dramático de víctimas civiles y el desplazamiento forzado de la población palestina.

 

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, manifestó estar “alarmado” por el reciente anuncio del gabinete de seguridad de Israel, que aprobó un plan para extender las operaciones militares en la Franja de Gaza, con el objetivo de “conquistar” el enclave y arrasar su infraestructura, desplazando a la población palestina hacia el sur.

La información fue confirmada este lunes por Farhan Haq, portavoz oficial del organismo internacional, quien advirtió sobre las consecuencias devastadoras de la ofensiva. “Está alarmado por esas informaciones de planes israelíes para extender las operaciones terrestres y prolongar su presencia militar en Gaza. Eso va a conducir, inevitablemente, a un número incalculable de civiles muertos y a más destrucción de Gaza”, declaró Haq.

El gabinete de seguridad israelí no solo aprobó la expansión militar, sino también una estrategia que contempla la “conquista” de Gaza y la reubicación forzada de su población, bajo el argumento de protegerla. La medida ha generado críticas a nivel internacional y ha encendido las alarmas sobre una posible violación del derecho internacional humanitario.

Horas antes de este anuncio, el ejército israelí informó la movilización de decenas de miles de reservistas, una señal clara de la preparación para una ofensiva mayor. Según fuentes oficiales, el plan incluye “mover a la población de Gaza hacia el sur” y mantener la ocupación militar del territorio.

Además, se reveló que el primer ministro Benjamin Netanyahu continúa respaldando la idea de fomentar la emigración voluntaria de los gazatíes hacia países vecinos, como Jordania y Egipto. No obstante, ambos gobiernos han reiterado su oposición a esa propuesta, calificándola como inviable y una amenaza regional.

La postura israelí fue confirmada con contundencia por el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien, en una conferencia sobre asentamientos en Cisjordania ocupada, afirmó que “Gaza será totalmente destruida, los civiles serán enviados al sur, a una zona humanitaria sin Hamás ni terrorismo, y desde allí comenzarán a partir en grandes cantidades hacia terceros países”.

El plan no solo busca derrotar militarmente a Hamás, sino también facilitar el regreso de los rehenes israelíes aún en poder del grupo. Aunque se ha mencionado la posibilidad de permitir cierta distribución humanitaria, el territorio sigue bajo un bloqueo total desde el 2 de marzo, lo que ha agravado la crisis humanitaria que padecen los 2,4 millones de habitantes de Gaza.

La respuesta por parte de Hamás fue inmediata. A través de Basem Naim, dirigente del comité político del movimiento, rechazaron cualquier iniciativa de diálogo: “No tiene sentido entablar negociaciones o considerar nuevas propuestas de alto el fuego mientras continúen la guerra del hambre y la guerra de exterminio en la Franja de Gaza”, afirmó.

La situación es tan crítica que incluso la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado ejecuciones sumarias, desplazamientos forzados y violaciones a mujeres y niñas. Por su parte, la OCHA (Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU) acusó este martes a Israel de utilizar la ayuda humanitaria como arma de guerra. “Necesitan agua y reciben bombas. Necesitan asistencia de salud y reciben bombas”, expresó su portavoz Jens Laerke en una conferencia en Ginebra.

La comunidad internacional también ha reaccionado con preocupación. Francia condenó enérgicamente el plan, señalando que “es inaceptable” y que viola las normas del derecho humanitario internacional. El ministro Barrot declaró en entrevista con RTL que “lo urgente es un alto el fuego y el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria”.

Asimismo, China expresó su rechazo a la continuación de las operaciones militares israelíes, sumándose al llamado global por el cese inmediato de las hostilidades.

La creciente presión internacional coincide con un deterioro acelerado de las condiciones de vida en Gaza. El conflicto ha desplazado a casi la totalidad de la población, mientras hospitales, escuelas y centros de refugio han sido reducidos a escombros. Organismos de derechos humanos han advertido que la situación se asemeja cada vez más a una catástrofe humanitaria sin precedentes en la región.

Con el plan de conquista y arrasamiento en marcha, y sin señales de una tregua, el llamado de Guterres y de otros líderes internacionales adquiere una urgencia desesperada: detener el avance militar y preservar lo que queda de esperanza en una región golpeada por décadas de guerra y ocupación.

Y.A.