Padres denuncian que una buseta que apenas llevaba seis días en operación quedó sin volante en plena vía; acusan falta de control y exigen intervención inmediata de las autoridades.
Islitas, un pequeño corregimiento del municipio de El Banco, Magdalena, vuelve a ser el epicentro de denuncias ciudadanas por el deficiente servicio de transporte escolar. Esta vez, la comunidad expresó su preocupación por un incidente que puso en riesgo la vida de cerca de 30 niños que a diario se trasladan desde este sector rural hasta su centro educativo en el corregimiento de Hatillo de la Sabana.
Según un mensaje enviado a un medio informativo digital, el vehículo encargado del transporte presentó graves fallas mecánicas, al punto de quedarse sin volante en plena vía, lo que obligó al conductor a detener la marcha y abandonar la unidad en el lugar. «Hoy los niños no tienen cómo llegar a dar clases, qué tristeza», se lamenta el remitente del mensaje, que además calificó el estado del automotor como “más dañado que bueno”.
Este hecho ocurrió apenas seis días después de haber iniciado operaciones el servicio de transporte, que ya había empezado con retrasos respecto al calendario escolar. La situación ha generado un profundo malestar entre los padres de familia, quienes aseguran que desde hace semanas han advertido a las autoridades municipales sobre los riesgos que representa el mal estado de la buseta. “Hace rato se lo estamos diciendo al señor alcalde, que puede haber una desgracia”, se lee en el mensaje dirigido al director del informativo.
Además de la falla estructural que dejó sin movilidad a los menores, los padres también señalan que el vehículo no cuenta con los documentos exigidos para prestar este tipo de servicio, como el Seguro Obligatorio para Accidentes de Tránsito (SOAT) y la revisión tecnicomecánica al día. Esta situación deja entrever una preocupante falta de supervisión por parte de la Coordinación de Educación Municipal, la cual debería ser garante del cumplimiento del contrato de transporte escolar, un convenio que representa una considerable inversión de recursos públicos.
En varias llamadas telefónicas al mismo medio, habitantes del corregimiento indicaron que los niños debieron completar el trayecto a pie, exponiéndose a los peligros del camino y al fuerte sol característico de la región. “Eso es una falta de respeto del alcalde con el pueblo”, se quejó uno de los denunciantes.
La empresa contratista responsable del servicio sigue siendo desconocida, lo que ha generado aún más suspicacia entre los denunciantes, quienes exigen conocer el nombre de la firma beneficiaria del contrato y el monto invertido en el mismo. En ese sentido, la ciudadanía reclama una respuesta inmediata de los organismos de control, especialmente de la Personería Municipal y la Contraloría, para que investiguen posibles irregularidades en la contratación y supervisión del servicio.
El llamado también se extiende a la Alcaldía de El Banco, a la que se le exige mayor transparencia en la adjudicación y seguimiento del contrato, así como una pronta solución para garantizar el derecho a la educación de los niños de zonas rurales, quienes ya enfrentan múltiples barreras para acceder al sistema educativo.
Mientras tanto, en Islitas, los padres de familia temen que la falta de transporte adecuado se convierta en un obstáculo permanente para el acceso a la educación de sus hijos. «El Banco iba a ser diferente», concluye con tono de decepción el mensaje ciudadano, evidenciando la frustración de una comunidad que se siente ignorada por sus gobernantes.
Y.A.