Rubén Marino Borge, empresario homenajeado por su compromiso con el empleo en Barranquilla

 

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La concejal Cinthya Pérez destacó la labor de su esposo, Rubén Marino Borge, fundador de Rumatex, como ejemplo de emprendimiento que genera empleo y bienestar en la ciudad, en el marco del Día del Trabajador.

En medio de la conmemoración del Día del Trabajador, la concejal de Barranquilla, Cinthya Pérez, protagonizó un emotivo acto de reconocimiento al destacar públicamente la trayectoria de su esposo, el empresario y dirigente político Rubén Marino Borge. El homenaje, realizado en el marco de una sesión del Concejo Distrital, resaltó el rol clave del homenajeado como generador de empleo formal y oportunidades reales para cientos de familias en la capital del Atlántico.

Rubén Marino Borge es el fundador de Rumatex, una empresa textil que se ha consolidado como un referente del desarrollo económico local desde la iniciativa privada. La compañía no solo ha sostenido su operación por décadas, sino que también ha contribuido activamente al crecimiento de la industria local, apostando por el talento regional y por prácticas de responsabilidad empresarial.

“Detrás de cada empresa, hay historias de trabajo, sueños cumplidos y vidas transformadas”, afirmó la concejal Cinthya Pérez durante su intervención, destacando cómo la visión y constancia de Marino Borge han sido fundamentales para consolidar un proyecto empresarial que hoy representa estabilidad y bienestar para muchas personas.

El homenaje no se limitó a lo personal o familiar. Por el contrario, el discurso de la concejal buscó trascender lo anecdótico y poner en valor el papel del empresariado colombiano en la construcción de un país más justo y equitativo. En su opinión, figuras como Rubén Marino Borge encarnan la idea de que el progreso se construye desde el esfuerzo cotidiano de quienes emprenden, invierten y generan riqueza con sentido social.

“Es momento de reconocer que los trabajadores y los empresarios que los respaldan son aliados indispensables en la construcción de un futuro con oportunidades reales”, aseguró la concejal, dejando un mensaje claro frente a una narrativa política que, en ocasiones, tiende a estigmatizar al sector privado.

La historia de Rumatex, como muchas otras en el país, demuestra que el crecimiento económico no es un fenómeno espontáneo, sino el resultado de decisiones valientes, visión de largo plazo y compromiso con el entorno. La empresa no solo ha sido fuente de ingresos para cientos de familias barranquilleras, sino que también ha generado un impacto positivo en la comunidad, formando parte activa del tejido social que sostiene a la ciudad.

El testimonio de Rubén Marino Borge, lejos de ser un caso aislado, se convierte en símbolo de cómo el emprendimiento responsable puede transformar vidas. A través de la generación de empleo legítimo, la apuesta por la producción nacional y el respeto por los derechos laborales, su historia reafirma la importancia de fortalecer los lazos entre empresa y sociedad.

Este reconocimiento, en un contexto donde muchos sectores acusan al sector privado de perpetuar desigualdades, representa también una defensa del papel del empresario formal, aquel que se mantiene en la legalidad, que paga impuestos, que apuesta por la formalización y que entiende que su éxito está ligado al bienestar de sus trabajadores.

Además, la presencia de Marino Borge en el ámbito político local ha servido como puente entre la visión empresarial y las necesidades de la ciudadanía. Aunque su exposición pública ha sido discreta, quienes lo conocen destacan su capacidad para incidir en espacios de decisión sin perder de vista su compromiso con lo productivo.

En palabras de uno de los asistentes al homenaje, “Don Rubén es un ejemplo de que el verdadero poder transformador del país está en manos de quienes crean empleo, no de quienes solo hacen promesas”. Esta afirmación resume el espíritu de un acto que no solo celebró una trayectoria individual, sino que reivindicó una forma de hacer país desde lo concreto y lo tangible.

La ciudad de Barranquilla, en constante expansión y modernización, necesita referentes que inspiren nuevas generaciones de empresarios y emprendedores. Reconocer a personas como Rubén Marino Borge no solo es justo, sino también necesario para motivar una nueva cultura empresarial, basada en el compromiso, la ética y el impacto social positivo.

El mensaje final de la concejal Cinthya Pérez fue contundente: “Este homenaje no es solo a un hombre, es a todos los que desde sus empresas, grandes o pequeñas, siguen creyendo que en Colombia se puede construir dignidad a través del trabajo”.

Y.A.