Libertad de prensa, en caída global: medios ahogados por la crisis económica y la concentración del poder

Libertad de prensa // Foto: Imagen de referencia.

Colombia mejora levemente en el índice mundial, pero continúa entre los países más peligrosos para ejercer el periodismo, según Reporteros Sin Fronteras.

La libertad de prensa en el mundo atraviesa su peor momento desde que Reporteros Sin Fronteras (RSF) comenzó a elaborar su índice anual en 2002. Así lo advierte la organización en su más reciente informe, publicado este viernes, donde denuncia que el deterioro económico de los medios de comunicación amenaza su supervivencia y pone en jaque la calidad e integridad del ejercicio periodístico. “Por primera vez en la historia del ranking, la situación de la libertad de prensa se vuelve ‘difícil’ a nivel mundial”, indicó la portavoz de RSF, Elena G. Viscasillas.

El informe hace énfasis en la tensión entre la independencia periodística y la viabilidad financiera de los medios, que enfrentan la arremetida de un ecosistema digital dominado por gigantes tecnológicos como Google, Meta, Apple, Amazon y Microsoft. Solo en 2024, estas plataformas captaron ingresos publicitarios por más de 247.000 millones de dólares, en su mayoría fuera de marcos regulatorios, debilitando aún más el acceso a fondos para medios tradicionales.

Sin independencia económica, no hay prensa libre. Cuando los medios son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia a costa de la calidad y pueden convertirse en presa de oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan”, afirma Anne Bocandé, directora editorial de RSF.

Entre los países más señalados por esta debacle figura Estados Unidos, calificado como el «líder de la depresión económica» en el sector mediático. Con el cierre de numerosos medios regionales y la conversión de varios territorios en “desiertos informativos”, la nación norteamericana cayó al puesto 57 en el ranking, perdiendo dos lugares respecto a 2024 y doce desde 2023. La situación se ha visto agravada por el segundo mandato de Donald Trump, que redujo drásticamente el financiamiento a medios públicos como Voice of America o Radio Free Europe, dejando a más de 400 millones de personas sin acceso a información verificada.

En el ámbito global, 46 países presentan una concentración excesiva de propiedad mediática, ya sea estatal o en manos privadas. El caso de Francia, donde ocho grandes fortunas controlan el 81 % de los diarios nacionales, es uno de los más llamativos. No obstante, los primeros quince puestos de la clasificación están ocupados por países europeos, con Noruega en la cima por noveno año consecutivo.

En América Latina, la situación tampoco es alentadora. 22 de los 26 países de la región han visto caer su indicador de salud económica en los medios. Nicaragua ocupa la posición 172, con un panorama devastador para el periodismo independiente. Argentina sigue descendiendo en la clasificación, ubicándose en el puesto 87 tras perder 47 lugares en solo dos años.

Colombia, por su parte, subió cuatro puestos y se sitúa en el lugar 115 de 180 países, una mejora modesta frente a 2024. Sin embargo, RSF advierte que el país “sigue siendo uno de los más peligrosos del continente para ejercer el periodismo”. Las coberturas sobre temas sensibles como el medio ambiente, el conflicto armado, la corrupción o los vínculos entre políticos y estructuras criminales siguen provocando acoso, intimidaciones y violencia sistemática contra periodistas.

Además, el informe cuestiona la actitud del gobierno del presidente Gustavo Petro, a quien se le acusa de mantener un «discurso frontal contra los grandes medios», a pesar de respaldar un entorno mediático plural. Esta ambivalencia oficial genera un entorno hostil en el que persisten las amenazas a la seguridad de los comunicadores.

En cuanto a otros países latinoamericanos, México figura en el puesto 124, Honduras en el 142, Venezuela en el 160 y Cuba en el 165. El mejor posicionado es Costa Rica, en el lugar 36, aunque también experimentó una caída de diez lugares respecto al año anterior. Brasil, tras la salida del poder de Jair Bolsonaro, ha mejorado significativamente, ubicándose en el puesto 63.

Por regiones, Europa Occidental continúa siendo la zona más favorable para el ejercicio del periodismo, mientras que el color oscuro del mapa —que indica las peores condiciones para la libertad de prensa— se ha expandido desde el este de África hasta gran parte de Asia y Oriente Medio. Rusia, controlada mediáticamente por el Kremlin, cayó nueve lugares hasta el puesto 171, ubicándose entre los diez peores del planeta.

En 42 países, que reúnen al 56,7 % de la población mundial, la situación de la libertad de prensa es considerada “muy grave”. La libertad de prensa, hoy más que nunca, está cercada no solo por regímenes autoritarios, sino también por modelos de negocio inviables en el contexto digital.

Y.A.