
El proyecto, impulsado por Corpamag y la Alcaldía Distrital, marca un hito en la recuperación ecológica y urbana del cauce del río que atraviesa la ciudad.
La ciudad de Santa Marta da un paso firme hacia la sostenibilidad ambiental y la recuperación de su riqueza natural con la construcción del primer Jardín Botánico y Parque Ambiental del Distrito, una iniciativa emblemática que se levanta a orillas del río Manzanares, una de las principales fuentes hídricas y ecológicas del territorio samario.
Este ambicioso proyecto es liderado por la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) en articulación con la Alcaldía Distrital de Santa Marta, y forma parte del conjunto de obras contempladas en el plan de restauración ecológica del Parque Lineal Manzanares. La intervención, que abarca siete mil metros cuadrados del cauce urbano del río, está concebida como una estrategia de desarrollo sostenible y educación ambiental que fortalece la relación de los ciudadanos con su entorno natural.
Durante un recorrido oficial realizado en el marco del Día del Árbol, autoridades distritales y representantes de entidades ambientales visitaron la zona en obra, destacando su potencial transformador. Esta primera fase cuenta con una inversión cercana a los 4.500 millones de pesos, que incluye la creación de espacios verdes, zonas pedagógicas, senderos ecológicos y áreas destinadas a la convivencia ciudadana.
“El Parque Lineal Manzanares es el primer parque ambiental a cielo abierto del Distrito. Comenzamos a soñar en grande e imaginamos cómo extender estas acciones a lo largo del recorrido del río en el casco urbano de Santa Marta”, expresó Patricia Caicedo Lafaurie, secretaria de Planeación Distrital, subrayando el impacto positivo que este modelo puede replicar en otras zonas.
La construcción del Jardín Botánico y Parque Ambiental responde no solo a una necesidad ecológica urgente, sino también a una visión integral de reordenamiento urbano, enfocada en la resiliencia climática, el fortalecimiento del tejido social y la promoción de una cultura ambiental desde la infancia. El proyecto pretende transformar un sector históricamente deteriorado en un epicentro de vida, aprendizaje y conservación.
El río Manzanares, que atraviesa la ciudad desde su nacimiento en la Sierra Nevada hasta su desembocadura en el mar Caribe, ha sido objeto de múltiples intervenciones a lo largo de los años, la mayoría enfocadas en el control de inundaciones y saneamiento. Sin embargo, esta nueva propuesta representa un cambio de paradigma: la recuperación del ecosistema no se limita a lo funcional, sino que incorpora la dimensión socioambiental, donde la naturaleza es entendida como un espacio de interacción activa con la ciudadanía.
Uno de los objetivos clave del proyecto es promover la apropiación ciudadana del río y sus espacios adyacentes. Por ello, desde la administración distrital se ha hecho un llamado a los samarios a proteger este nuevo pulmón verde de la ciudad, integrándose como guardianes de la biodiversidad local.
“Este parque no solo embellece la ciudad, sino que nos educa y nos invita a cuidar nuestro entorno. Es una obra que combina urbanismo con conciencia ecológica”, afirmó uno de los líderes comunitarios presentes en la visita oficial.
La entrega del Parque Lineal está prevista para el mes de junio, en coincidencia con la celebración de los 500 años de fundación de Santa Marta, lo cual le confiere un carácter simbólico dentro de los actos conmemorativos de la ciudad. La obra es vista como un regalo verde para las nuevas generaciones y como un punto de inflexión en la política ambiental local.
Este nuevo pulmón urbano también está proyectado como un centro de educación ambiental, con espacios destinados al aprendizaje escolar y comunitario, talleres al aire libre y actividades culturales orientadas a reforzar la conciencia ecológica.
La visión del gobierno distrital es extender este modelo a lo largo de todo el recorrido del río Manzanares, convirtiéndolo en un corredor ambiental continuo que articule barrios, zonas comerciales y áreas turísticas con espacios naturales vivos y protegidos.
De esta manera, Santa Marta se posiciona como una ciudad pionera en la integración de la naturaleza a su diseño urbano, proyectándose hacia un futuro más verde, resiliente y comprometido con la conservación del patrimonio ecológico.
Y.A.