José Manuel Restrepo advierte que la propuesta del Ejecutivo para revivir la reforma laboral podría desincentivar la inversión extranjera directa y aumentar el desempleo en Colombia.
En medio del debate nacional por la consulta popular impulsada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro, diversas voces del ámbito económico y empresarial han manifestado su inquietud por las consecuencias que esta iniciativa podría tener sobre el ya debilitado mercado laboral colombiano. Uno de los pronunciamientos más enfáticos provino del exministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, quien calificó la propuesta como un riesgo directo para la inversión extranjera directa y para la estabilidad económica del país.
“El efecto final de esta consulta es que genera un menor atractivo de Colombia para la inversión privada y también para la inversión extranjera directa”, sostuvo Restrepo, alertando sobre las consecuencias negativas que podría tener la aprobación del cuestionario de 12 puntos propuesto por el Ejecutivo. Según el exfuncionario, las preguntas de la consulta contienen afirmaciones autoinducidas, muchas de ellas ya previstas en la legislación vigente, lo que, en su concepto, evidencia una intención más simbólica que normativa.
José Manuel Restrepo fue aún más tajante al señalar que esta iniciativa «es una manera de ahuyentar la inversión en nuestro país, asunto que es un problema adicional en la generación de empleo en Colombia”. En su opinión, la consulta propuesta por el Gobierno no solo no solucionará los problemas estructurales del mercado laboral, sino que los agravará, al punto de destruir puestos de trabajo ya existentes.
La reforma laboral que no prosperó en el Congreso y que ahora el Ejecutivo busca revivir mediante esta iniciativa gubernamental, gira en torno a temas como derechos laborales, regulación del empleo, y nuevas condiciones para la contratación, puntos que han generado rechazo entre diversos sectores económicos. Para Restrepo, los cambios propuestos introducen una contratación inflexible, lo cual desmotiva tanto al empresariado nacional como a los posibles inversionistas internacionales.
De acuerdo con las proyecciones expuestas por el exministro, una eventual aprobación de la consulta podría significar la pérdida de entre 500.000 y 700.000 empleos, agravando aún más el panorama laboral, ya marcado por la informalidad laboral y la alta rotación. «Se destruye fuerza de trabajo, se genera más desempleo y más informalidad», puntualizó.
Estas advertencias coinciden con las conclusiones presentadas recientemente por Fedesarrollo, que también alertó sobre el posible impacto negativo que tendría la consulta sobre el empleo formal. Desde esta entidad se ha reiterado que la rigidez normativa propuesta puede elevar los costos de contratación y reducir la competitividad de las empresas en Colombia.
Adicionalmente, la propuesta ha generado divisiones entre empresarios colombianos, algunos de los cuales consideran que el proceso podría estar siendo utilizado como una herramienta política más que como un mecanismo real de transformación laboral. La consulta popular, aseguran, busca legitimar una agenda que no logró obtener consenso legislativo y que ahora se presenta de manera fragmentada y sin un análisis técnico riguroso.
El Gobierno, por su parte, avanza con la radicación de la iniciativa, argumentando que se trata de una respuesta democrática ante el estancamiento del debate laboral en el Congreso. No obstante, las voces críticas señalan que este camino no resuelve los problemas de fondo y, por el contrario, introduce una mayor incertidumbre en un entorno ya marcado por la volatilidad económica.
Mientras el país se prepara para discutir en profundidad los alcances y efectos de la consulta popular, la advertencia de expertos como José Manuel Restrepo se posiciona como una alerta frente a un escenario de posibles consecuencias económicas graves. “Este cuestionario, en la forma en que está formulado, le genera a la economía un golpe mortal”, concluyó el exministro, reiterando su llamado a repensar el modelo de reformas por medio de un diálogo más técnico, participativo y consensuado.
En un contexto de desaceleración económica y creciente desempleo, el país enfrenta el reto de equilibrar las legítimas demandas laborales con la necesidad urgente de mantener la confianza del sector privado y atraer inversión extranjera directa, clave para el crecimiento y la sostenibilidad de Colombia.
Y.A.