“Le están mamando gallo a la apelación”: Benedetti sobre el limbo de la reforma laboral

Armando Benedetti, ministro del Interior.

El ministro del Interior cuestionó la demora del Congreso frente a la apelación tras el hundimiento de la reforma laboral, advirtiendo que los tiempos ya no alcanzan para revivir el proyecto.

En un tono crítico y con visible molestia, el ministro del Interior, Armando Benedetti, se pronunció sobre la falta de avances en el trámite de la apelación que busca revivir la reforma laboral tras su hundimiento en la Comisión Séptima del Senado. Para el funcionario, la inacción del Congreso evidencia una intención de dilatar el proceso, dejando sin posibilidad real de que el proyecto resurja antes del cierre del periodo legislativo.

“El proyecto muere el próximo 20 de junio y después de que se hundió, que fue en marzo, o que se anunció que iba a hundir, han pasado más o menos unos 40 o 50 días y no ha pasado nada con la apelación, o sea que los tiempos no darían, lo que quiere decir que están mamando gallo”, afirmó Benedetti, en declaraciones que reflejan el creciente malestar del Gobierno frente al trámite legislativo del que fue uno de sus principales proyectos sociales.

La reforma laboral, promovida por el gobierno de Gustavo Petro, buscaba introducir cambios estructurales en materia de contratación, condiciones de trabajo y protección de derechos de los trabajadores. Sin embargo, su hundimiento en la Comisión Séptima generó un fuerte revés para la agenda progresista del Ejecutivo. Desde entonces, la única esperanza de resurrección del proyecto se ha centrado en la apelación radicada por sectores oficialistas.

Pese a que la mesa directiva del Senado conformó una comisión accidental para estudiar dicha apelación, hasta la fecha no se ha concretado ninguna decisión. Se prevé que la próxima semana dicha comisión finalmente sesione. No obstante, ya se han presentado divisiones incluso dentro de sus miembros, dos de los cuales, afines al Gobierno, radicaron un primer informe en el que solicitan aceptar la apelación, revivir el archivado proyecto y trasladarlo a la Comisión Primera del Senado, con el fin de continuar su trámite legislativo.

Mientras tanto, surgen otras propuestas en el escenario político. El Partido Liberal presentó recientemente una mini-reforma laboral, aunque incluso dentro de sus propias filas no hay consenso. Según Benedetti, esto ha generado aún más confusión y desorden en torno al tema. “El Partido Liberal presentó una reforma, el ponente presenta una contrarreforma a su propia reforma, hay fuego amigo y nosotros quedamos más desconcertados por lo que estaba pasando”, sostuvo el ministro, aludiendo al caos interno de la bancada liberal.

El escenario se torna aún más incierto con la inminente llegada del 20 de junio, fecha límite para avanzar legislativamente con proyectos en el actual periodo. A menos de dos meses del cierre, el Ejecutivo enfrenta la realidad de que su reforma laboral podría quedar definitivamente archivada, sumando otro revés político tras el naufragio de otras reformas estructurales como la reforma a la salud y la reforma pensional, que también han encontrado obstáculos en el Congreso.

Desde el Ministerio del Interior, Benedetti ha sido uno de los funcionarios más vocales en advertir sobre la ineficiencia legislativa y la falta de voluntad política para avanzar en las reformas sociales del Gobierno Petro. Su más reciente intervención parece marcar un punto de quiebre: un llamado público no solo de frustración, sino también de presión política frente al Legislativo.

A pesar de la falta de resultados, se espera que en los próximos días se reanuden los trabajos de la comisión accidental y también inicie la discusión de la mini-reforma laboral en la Comisión Séptima del Senado, aunque con un ambiente de escepticismo generalizado sobre la viabilidad de cualquier avance en esta materia antes de que el reloj legislativo llegue a cero.

Mientras tanto, los trabajadores colombianos —principales afectados por la parálisis del trámite— siguen esperando definiciones concretas. Las diferencias internas entre los partidos, los tiempos ajustados y la ambigüedad en el liderazgo político ponen en duda no solo el futuro inmediato de la reforma, sino la credibilidad del proceso legislativo en el país.

Y.A.