La razón por la que renuncia a su cargo el director de Prosperidad Social obedece a razones electorales, pues busca evitar inhabilidades que le impidan postularse como candidato del petrismo para las próximas elecciones presidenciales.
Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), presentará en las próximas horas su carta de renuncia al presidente Gustavo Petro, en una decisión que marcaría el inicio formal de su intención de competir por la Presidencia de la República en 2026.
Según información obtenida por un medio de comunicación nacional, Bolívar oficializará su dimisión esta misma tarde, durante una reunión privada con el mandatario antes del viaje presidencial programado a La Dorada (Caldas).
La salida de Bolívar responde a una motivación estrictamente electoral: evitar incurrir en una inhabilidad, que comenzaría a regir desde el próximo 31 de mayo, para todos los servidores públicos que aspiren a ser candidatos presidenciales. Dicha restricción, contemplada en la legislación electoral colombiana, obliga a renunciar con más de un año de antelación a quienes ocupen cargos públicos si desean competir por el máximo cargo del Estado.
En los círculos políticos y dentro del propio petrismo, el nombre de Gustavo Bolívar ha sido considerado como una de las principales cartas presidenciales del sector de izquierda para las elecciones de 2026. Su cercanía personal y política con Gustavo Petro, así como su papel visible en la agenda social del gobierno, lo han posicionado como un aspirante de peso. De hecho, varias encuestas recientes lo ubican con una intención de voto considerable frente a otros eventuales candidatos.
Bolívar ya había presentado una renuncia protocolaria en marzo pasado, en el marco de una reestructuración del gabinete presidencial impulsada por el propio Petro tras un tenso consejo de ministros. En aquella ocasión, el mandatario solicitó la dimisión de todos sus colaboradores, con el objetivo de reorganizar su equipo para la recta final de su mandato. Sin embargo, aunque Bolívar fue uno de los primeros en poner su cargo a disposición, el presidente no le aceptó la renuncia.
Este episodio coincidió con una fuerte discusión interna en el gabinete, especialmente tras el anuncio de los nombramientos de Laura Sarabia como canciller y de Armando Benedetti como ministro del Interior. Las decisiones generaron molestia entre varios funcionarios, lo que motivó el movimiento de fichas dentro del Ejecutivo.
Si esta vez Gustavo Petro acepta la renuncia de Bolívar, el exsenador se unirá a una lista cada vez más nutrida de posibles aspirantes a la candidatura del petrismo para 2026. Entre ellos figuran nombres como la senadora María José Pizarro, el ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo, la exministra de Salud Carolina Corcho y el exembajador en el Reino Unido Roy Barreras, quien también dejó su cargo recientemente con miras a una eventual postulación presidencial.
La renuncia de Bolívar ocurre además en medio de un clima político agitado, donde el oficialismo busca consolidar una figura fuerte que pueda dar continuidad al proyecto político de Petro. Para muchos, su salida del DPS se traduce en el inicio de una estrategia electoral que incluye posicionamiento anticipado en medios, recorridos territoriales y fortalecimiento de su imagen pública como gestor social y defensor del cambio.
Desde su llegada al Departamento de Prosperidad Social, Bolívar lideró varios de los programas emblemáticos del gobierno, entre ellos los relacionados con transferencias monetarias y subsidios para las poblaciones más vulnerables. Su gestión fue visible y mediática, lo que reforzó su perfil público como un actor central en la implementación del modelo social del gobierno Petro.
Por ahora, se espera que tras la renuncia, Gustavo Bolívar mantenga una agenda pública enfocada en temas sociales, y que comience a articular su plataforma de cara a las elecciones de 2026, muy probablemente bajo el paraguas de una coalición de izquierda. Su renuncia, de ser aceptada hoy, se convertiría en un punto de inflexión para el petrismo, que inicia así el camino hacia la sucesión de Petro en medio de una coyuntura de alta polarización y expectativa ciudadana.
El país estará atento al desenlace de esta movida política que, sin duda, redefine el panorama electoral en Colombia.
Y.A.