Papa Francisco fue despedido en un multitudinario funeral

Roma se vistió de luto este fin de semana para dar el último adiós a Francisco, el primer papa latinoamericano, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años, tras doce años de pontificado que marcaron la historia de la Iglesia católica.
Desde el miércoles, miles de fieles visitaron la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo de Jorge Mario Bergoglio permaneció en capilla ardiente hasta el viernes. Luego, en una ceremonia sin precedentes, fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo su voluntad de descansar en un lugar humilde dedicado a la Virgen María.
A las 10 de la mañana del sábado, hora local, se inició la misa exequial en la Plaza de San Pedro. Más de 250.000 personas, entre fieles, religiosos y líderes mundiales, se congregaron para rendirle homenaje.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, fue el encargado de presidir la ceremonia, recordando en su sermón la capacidad de Francisco para liderar “con un corazón abierto hacia todos”.
El funeral duró cerca de dos horas y estuvo cargado de emotividad. La ceremonia se realizó seis días después de la última aparición pública del pontífice, durante la celebración de Pascua. Al concluir la eucaristía, el féretro fue conducido hacia el interior de la Basílica de San Pedro para organizar el cortejo fúnebre rumbo a Santa María la Mayor, donde Francisco fue sepultado.
Fiel a su estilo sencillo, Francisco dejó instrucciones claras para su funeral; pidió ser enterrado en un solo ataúd de madera, en contraste con la tradición de los tres féretros utilizados para los papas. Además, solicitó una lápida sobria con la simple inscripción “Franciscus”, renunciando a los ornamentos que suelen acompañar a los pontífices.
Su decisión de no reposar en las grutas vaticanas, como sus predecesores, rompe una tradición de siglos, haciendo de este evento algo inédito en la historia reciente de la Iglesia.

Un adiós que reunió al mundo

El funeral de Francisco reunió a 130 delegaciones oficiales, entre ellas jefes de Estado, presidentes y monarcas. Entre los asistentes destacaron figuras como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien llegó a Roma junto a su esposa Melania; el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky; Javier Milei, mandatario de Argentina, país natal de Francisco; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Emmanuel Macron, de Francia; y el rey Felipe VI de España, entre otros.
La presencia de tantos líderes mundiales reflejó no solo la dimensión espiritual de Francisco, sino también su impacto como un referente global en temas de paz, justicia social y diálogo interreligioso.
Francisco, quien eligió su nombre en honor a San Francisco de Asís, será recordado como el papa de los gestos sencillos, de la cercanía con los pobres y del impulso a una Iglesia más inclusiva.