La peste del insomnio

Por: Fredy Mozo Polo

El gobierno Petro, empeñado por el cambio social sigue en búsqueda del apoyo de los colombianos, después del hundimiento de sus proyectos en el legislativo, esta vez, mediante la consulta popular, si pasa primero en el senado donde no tiene mayoría y segundo el umbral de 13,6 millones por encima de los 11, 2 millones obtenidos en el 2022. Petro, se la juega como se la jugó Santos en el plebiscito 2016 para refrendar los acuerdos de Paz con las Farc – EP y perdió increíblemente después de un largo y pedregoso camino de negociaciones el “Si” frente al “No”. Ante el nuevo reto que eventualmente se avecina con la ya sabida manipulación y control de la población, me parece que el intercambio de ideas y el diálogo son fundamentales para entender y abordar los desafíos que enfrentamos como sociedad hace ya bastante tiempo, y ante tanta discusión y dimes y diretes el bien común se pierde en el indiferente horizonte, sin encontrar las soluciones mas efectivas a los problemas que nos afectan. Si seguimos en la misma estaremos condenados como aquel pueblo y aquella familia inmersos en la soledad y el olvido, desconectados con el mundo exterior. En un mundo globalizado y altamente competitivo, los países buscan constantemente nuevas oportunidades para la gente, sin embargo, el poder económico influye de varias maneras, desde la financiación de campañas electorales hasta la presión ejercida por grupos de interés y colectivos de personas alrededor de una élite. Esto lleva a que las decisiones políticas se tomen en función del interés de unos pocos, en lugar de en función del bien común. No queda más, sino la fórmula de la educación. La educación de calidad es fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico de un país. La educación no solo proporciona conocimientos y habilidades, sino que forma a los ciudadanos en valores y principios éticos que son básicos en la convivencia y transformación social. La ética y los valores son esenciales en la educación. La enseñanza de valores como el respeto, la empatía, la honestidad y la responsabilidad puede ayudar a formar seres humanos que sean capaces de contribuir positivamente a la sociedad y promover el bienestar colectivo. El currículo pieza clave en el engranaje para construir el nuevo tejido social que se quiere implementar; es fundamental para determinar el contenido y la brújula de la educación. Un currículo que priorice la ética, los valores, el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social puede ayudar a formar a personas que sean capaces de tomar decisiones informadas y contribuir al bienestar común. Sin duda la educación debe ser un generador de cambio y transformación social y no solo una herramienta para la adquisición de conocimientos y habilidades. El futuro de la educación y un país depende de nuestra capacidad para diseñar currículos y programas qué prioricen en la formación de estudiantes capaces de construir una sociedad de justicia, equidad y promover el progreso integral para todos. Sin educación, un conglomerado estaría condenado, a la ignorancia, la pobreza y la marginación. Ojalá en la eventual oportunidad que brinda la democracia no llegue la peste del insomnio.