El ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, asegura que su expresión fue un acto de indignación por el deficiente manejo de la salud en Puerto Gaitán y no un insulto dirigido a la gerente de la ESE Solución Salud.
Ministro Guillermo Alfonso Jaramillo volvió a estar en el centro del debate público luego de un incidente ocurrido en el municipio de Puerto Gaitán, departamento del Meta, durante un recorrido por las instalaciones de la Empresa Social del Estado Departamental del Meta Solución Salud. En ese contexto, el funcionario expresó su descontento con la gestión de la entidad, usando palabras que fueron interpretadas como ofensivas hacia su gerente, María del Carmen Rodríguez.
El episodio fue registrado en video y rápidamente se viralizó en redes sociales, generando controversia. En las imágenes, se aprecia a Jaramillo alzando la voz y utilizando lo que muchos interpretaron como un ‘madrazo’ al dirigirse a la directiva del centro de salud. Sin embargo, desde la ciudad de Ibagué, el ministro ofreció su versión de los hechos y negó haber insultado a la funcionaria.
“Es que yo no la ofendí a ella, yo no le eché un madrazo. Yo dije que era una locura, no puede ser que tengamos hospitales que lo único que hacen es transferir la gente. Hay que ser resolutivos, hay que abrir todos los puestos de salud”, afirmó Jaramillo en declaraciones públicas.
El ministro argumentó que su reacción fue producto de la frustración por el estado en que encontró la prestación del servicio de salud en esta zona del país. Según él, su expresión no iba dirigida a una persona en particular, sino al sistema mismo.
“Miren el video por el cual yo me indispuse y lo que dijeron los indígenas sobre cómo los están tratando. Uno no puede no ser solidario cuando la gente no es atendida. Hay que atenderlos adecuadamente”, insistió el funcionario, apelando a la sensibilidad que, dice, debe tener cualquier servidor público frente al sufrimiento de las comunidades vulnerables.
Durante su intervención, Jaramillo también recordó que su presencia en el Meta tenía como objetivo avanzar en el fortalecimiento de las estrategias de vacunación contra la fiebre amarilla, una enfermedad que ha afectado gravemente a esta región. A la fecha, según cifras oficiales, se han reportado 65 casos positivos y 24 muertes por esta causa.
Como parte de esta misión, el ministro viene liderando una articulación entre el Ministerio, los hospitales, los municipios y las autoridades departamentales para garantizar una cobertura más amplia y efectiva de la inmunización en las zonas más afectadas.
El ministro, oriundo del municipio de Líbano, en el Tolima, defendió su estilo directo y apasionado como una herramienta para exigir cambios urgentes en el sistema de salud.
“Los colombianos merecen una atención integral en salud. No podemos quedarnos callados cuando vemos que los hospitales no resuelven nada y simplemente remiten a los pacientes a otras ciudades”, sostuvo con firmeza.
La controversia también ha despertado críticas desde distintos sectores, especialmente en lo relacionado con el trato a los servidores públicos en terreno. Algunos líderes regionales y analistas consideran que, independientemente de las buenas intenciones del ministro, el respeto institucional debe prevalecer en todo momento.
Por su parte, varios usuarios en redes sociales han salido en defensa del ministro, considerando que su molestia es comprensible ante las condiciones que enfrenta el sistema de salud en zonas alejadas como Puerto Gaitán.
Aunque el Ministerio de Salud no ha emitido un pronunciamiento oficial adicional sobre el incidente, el propio Jaramillo ha dejado claro que continuará recorriendo el país, visitando hospitales y exigiendo resultados, con el objetivo de transformar el modelo de atención y hacerlo más equitativo y eficiente.
Y.A.