Un sismo de magnitud 6 sacudió este viernes a la provincia de Esmeraldas, en el noroeste de Ecuador, provocando daños materiales y dejando al menos 20 personas heridas. El movimiento telúrico también se sintió en otras diez provincias del país, generando alarma entre la población.
Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, el temblor ocurrió a las 06:44 de la mañana, con epicentro a 9,3 kilómetros de la ciudad de Esmeraldas y a una profundidad de 30 kilómetros. El evento sísmico tuvo repercusiones especialmente en la costa norte del país, en zonas cercanas a la frontera con Colombia.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) confirmó que los heridos presentan contusiones y lesiones leves, producto de caídas y golpes ocasionados durante el sismo. Entre los inmuebles afectados se encuentran instituciones públicas como el ECU 911, que sufrió desprendimiento de mampostería; la Universidad Técnica «Luis Vargas Torres», con daños estructurales menores; y la sede de la Prefectura, donde colapsó parcialmente la fachada.
Asimismo, se reportaron interrupciones en los servicios de energía eléctrica y telecomunicaciones, aunque autoridades aseguran que el 80 % de estos sistemas ya ha sido restablecido.
El presidente Daniel Noboa ordenó la movilización inmediata de su gabinete a la zona afectada, para coordinar la entrega de ayuda humanitaria, la instalación de albergues temporales y la atención a las comunidades damnificadas.
“Estamos con nuestra gente de Esmeraldas. He dispuesto el despliegue de todos los ministros para asegurar atención urgente y solidaria”, expresó el mandatario a través de su cuenta en la red social X.
Veinte minutos después del primer sismo, se registró otro temblor de magnitud 4,1 en la provincia de Guayas, sin reportes de víctimas ni daños materiales.
Ecuador se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas más activas del mundo. La región ya había sido gravemente golpeada por un terremoto en 2016, cuando un sismo de magnitud 7,8 dejó más de 670 muertos y severas pérdidas materiales, particularmente en las provincias de Manabí y Esmeraldas.
Las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica y recomiendan a la población mantener la calma y seguir las instrucciones oficiales.