La petrolera angloholandesa Shell anunció su retiro de Colombia, una decisión que sacude al sector energético nacional y agudiza la incertidumbre sobre el futuro de la industria de hidrocarburos en el país. La noticia, revelada el 24 de abril por el diario El Tiempo, confirma que la compañía está en proceso de vender su participación en varios contratos petroleros, incluyendo su alianza con Ecopetrol.
Shell abandonará su participación del 50 % en los bloques Fuerte Sur, Purple Angel y COL-5, localizados en áreas estratégicas para el desarrollo energético del país. Uno de estos bloques incluye un importante descubrimiento de gas natural, considerado hasta ahora uno de los más significativos para la autosuficiencia energética nacional.
Además de sus operaciones en exploración y explotación, Shell también participa en la comercialización de combustibles a través de Biomax, así como en la venta de lubricantes y aditivos para vehículos, por lo que su salida representa una reducción notable de su presencia en el país.
Según el medio citado, la decisión de la compañía se debe a que los resultados en los bloques exploratorios no cumplieron con las expectativas en cuanto a reservas de gas, lo que llevó a replantear su permanencia en el territorio colombiano. No obstante, la salida también se interpreta como un reflejo del difícil entorno para la inversión en el sector de hidrocarburos.
El retiro de Shell se produce en un contexto de creciente incertidumbre, generado por la política del actual Gobierno de no suscribir nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas. Esta decisión, que ha sido criticada por diversos analistas, pone en duda la soberanía energética que Colombia ha mantenido durante décadas.
A esto se suman factores estructurales como la inseguridad en zonas de operación, los ataques a oleoductos, la lentitud de los trámites y la volatilidad de los precios del crudo, que en conjunto han debilitado el atractivo del país para nuevos inversionistas en el sector energético.
Shell llegó a Colombia con expectativas de expansión y en 2015 realizó su primer hallazgo de gas en aguas profundas. Diez años después, se despide dejando interrogantes sobre el futuro de los recursos naturales del país y un nuevo llamado de alerta sobre la necesidad de definir con claridad la hoja de ruta energética nacional.
La salida de uno de los actores más importantes de la industria mundial deja un vacío que difícilmente podrá llenarse sin condiciones claras, estabilidad jurídica y un entorno que promueva la inversión responsable y sostenible.