Las alarmas por la creciente ola de violencia e inseguridad en Cartagena no solo suenan en las calles, sino también desde sectores académicos y sindicales. Esta vez, el llamado proviene del Observatorio de Policía y Seguridad, cuyo director, Alcides Arrieta Meza, lanzó un fuerte pronunciamiento en el que cuestiona la efectividad del alcalde Dumek Turbay y le exige asumir con seriedad el liderazgo frente a la crisis de seguridad pública que enfrenta la ciudad.
Arrieta, tras lamentar el asesinato de varios policías y otras víctimas de la delincuencia, criticó que la administración actual se enfoque principalmente en obras de infraestructura, mientras la seguridad «está hecha trizas». “No puede ser solo el alcalde del pavimento, del concreto, de las canchas y las fiestas”, afirmó, e incluso le sugirió evaluar su renuncia si considera que no tiene la capacidad de garantizar “la vida, honra y bienes” de los cartageneros.
“El crimen, el caos, la indisciplina social y la inseguridad no pueden seguir afectando la vida social y económica de la ciudad. Exigimos priorizar la seguridad integral, es decir, atacar causas y efectos. El Observatorio seguirá trazando rutas para encontrar salidas coyunturales y estructurales”, puntualizó.
Sindicatos del Distrito también alzan la voz
A esta voz crítica se sumaron los Sindicatos Unidos del Distrito de Cartagena, quienes a través de un comunicado exigieron la renuncia del secretario del Interior y Convivencia Ciudadana, Bruno Hernández Ramos, acusándolo de no ejecutar una política criminal seria.
“El secretario nos tiene sumidos en el miedo y la angustia”, señala el documento, que fue dirigido al alcalde y a la Policía Nacional. La solicitud está respaldada por más de una docena de organizaciones sindicales, entre ellas: SINTRAEPCOL, SINSERPUBLICOLOMBIA, SINTRAEDUCAR, SINEMPECAR, SINDEMUJER, ASOPERCOL y SINGUPUDISNAL, entre otras.
El clamor generalizado es por una respuesta urgente y efectiva frente al deterioro de la seguridad, en momentos en que Cartagena enfrenta una compleja situación de orden público, con cifras preocupantes de homicidios, hurtos y criminalidad.