En Malambo, Atlántico, la educación pública se desploma—literalmente. Aulas sin techos, comedores escolares cerrados por plagas, transformadores que nunca fueron energizados, baños colapsados y niños que aprenden de pie porque no hay pupitres. La fotografía actual de muchas escuelas en el municipio parece más una postal del olvido que un escenario para el aprendizaje.
Así lo denuncia un reciente informe de la Asociación de Rectores de las Instituciones Educativas Oficiales de Malambo (ASORDIOMA), que advierte sobre un deterioro profundo y sistemático en la infraestructura educativa del municipio. Más allá del concreto agrietado y los techos ausentes, lo que se revela es una realidad indignante: la educación de cientos de niños y jóvenes se está impartiendo en condiciones que rayan en lo inhumano.
“Lo que ocurre en las escuelas de Malambo es una vergüenza. Mientras la administración municipal está enfocada en festivales y eventos, la niñez de este municipio estudia en condiciones infrahumanas”, señala el documento, que no solo denuncia, sino que respalda cada palabra con evidencia de campo.
La escena no solo evidencia una crisis de gestión, sino una clara violación al derecho fundamental a la educación. Porque cuando un niño estudia sin techo, sin baño, sin comida, y sin ventilación, no solo se le niega conocimiento: se le niega dignidad.
Mientras tanto, las preguntas siguen flotando en el aire caliente de Malambo:
¿Dónde están las prioridades?
¿Quién responde por esta deuda social?
¿Hasta cuándo la educación será el último ítem en la agenda?
Malambo educa entre ruinas: la niñez olvidada en medio del abandono by DiarioLaLibertad