Fedesarrollo lanza advertencia: Colombia debe ajustar el gasto y repensar su estrategia fiscal para 2025

Mientras el Gobierno insiste en un enfoque de gasto sostenido, el Centro de Investigación Económica y Social Fedesarrollo pone el foco en los serios retos fiscales que se avecinan para Colombia en 2025. En su más reciente informe de Tendencia Económica, la entidad plantea un escenario preocupante: déficit creciente, ingresos fiscales a la baja, y un gasto público que no da señales de moderación.

El peso del déficit

La fotografía fiscal de 2024 es contundente: el déficit del Gobierno nacional se ubicó en 6,8 % del PIB, el tercero más alto en más de un siglo, solo superado por los años críticos de la pandemia. Fedesarrollo atribuye este deterioro a una combinación de menor recaudo tributario (pasó del 18,8 % al 16,6 % del PIB) y un gasto desbordado (23,4 % del PIB), que superó incluso las metas del marco fiscal.

¿En qué se gasta?

De cara a 2025, el análisis desmenuza los principales frentes de presión sobre el presupuesto:

  • Salud, con un aumento de $27,6 billones por ajuste en la UPC y nuevas tecnologías.

  • Sistema General de Participaciones, con $15,3 billones más, impulsado por crecimiento previo en el recaudo.

  • Pensiones, que crecerán en $13,9 billones, producto del aumento del salario mínimo y traslados entre regímenes.

  • El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), aunque se reduce respecto a 2024, sigue representando un peso de $10,7 billones.

A esto se suman otras transferencias, como bonos pensionales, que implicarán $9,2 billones adicionales por el envejecimiento de la población y los compromisos heredados del sistema pensional mixto.

Recaudo: una meta que no cuadra

Uno de los puntos más sensibles del informe es la sobreestimación del recaudo. En 2024, la diferencia entre lo proyectado y lo realmente recaudado fue de $46 billones. Para 2025, la meta de $299,8 billones parece, en palabras de Fedesarrollo, “ambiciosa”, y anticipan un nuevo faltante de al menos $28 billones, alimentado por la desaceleración económica y la dificultad de sostener el ritmo fiscal de años anteriores.

El mensaje es claro

Fedesarrollo no duda en señalar que el Gobierno incumplió la regla fiscal en 2024 y enfrenta un alto riesgo de volver a hacerlo en 2025. La solución, afirman, no pasa solo por más impuestos, sino por un recorte serio del gasto corriente, sin afectar la inversión pública, y una reforma estructural del sistema tributario, que incluya ampliación de la base, combate a la evasión e integración del sector informal.

¿Y otra reforma tributaria?

Aunque el Gobierno ha evitado hablar abiertamente de una nueva reforma, Fedesarrollo sugiere que cualquier ajuste futuro no debe recaer otra vez sobre los contribuyentes formales, quienes ya enfrentan una alta carga impositiva. En su lugar, recomiendan fortalecer la capacidad de fiscalización y modernización de la DIAN para que el Estado pueda recaudar mejor sin frenar la competitividad ni la inversión.

En conclusión, si el país quiere mantener estabilidad fiscal sin comprometer el crecimiento, el 2025 será el año del ajuste inevitable. ¿Está preparado el Gobierno para tomar decisiones difíciles? El reloj fiscal corre.