El almirante Alvin Holsey se reunió en Colombia con altos mandos militares, pero ignoró la invitación del presidente Gustavo Petro. Su paso por Suramérica también incluyó Panamá y Guyana, en medio de crecientes tensiones regionales con Venezuela.
La llegada del almirante Alvin Holsey, nuevo comandante del Comando Sur de Estados Unidos, a Bogotá causó incomodidad en la Casa de Nariño. Aunque su presencia en la capital colombiana fue breve, no pasó desapercibida: no se reunió con el presidente Gustavo Petro, a pesar de que el mandatario había solicitado un encuentro e incluso extendido una invitación a cenar.
Holsey, quien asumió el cargo en noviembre tras el retiro de la general Laura J. Richardson, se reunió exclusivamente con el almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, en la base aérea de CATAM. Desde el gobierno colombiano hubo malestar por lo que consideraron un desplante diplomático por parte de un actor clave en la geopolítica regional.
“Nuestros adversarios han establecido una fuerte presencia, poniendo en peligro la seguridad y la estabilidad en todo el continente americano”, advirtió Holsey durante su visita, en una clara alusión a la creciente influencia de actores no alineados con Washington en Suramérica.
El paso del almirante por la región no se limitó a Colombia. En febrero, visitó Panamá, donde firmó un Acuerdo de Cooperación Cibernética entre el Comando Sur y la Autoridad del Canal de Panamá, junto al ministro de Seguridad Frank Ábrego y el canciller Javier Martínez-Acha Vásquez. El pacto incluye el intercambio de información, capacitación y desarrollo institucional en ciberseguridad.
En Guyana, país con el que EE. UU. ha fortalecido la cooperación militar, Holsey supervisó obras financiadas por su comando, como la modernización de infraestructuras clave: el Aeropuerto Internacional Eugene F. Correia-Ogle, el aeropuerto de Lethem y la estación naval de Ramp Road Ruimveldt. Estas inversiones coinciden con el aumento de tensiones entre Guyana y Venezuela por la región del Esequibo, rica en petróleo y donde opera la multinacional ExxonMobil.
Durante 2023, se intensificaron las maniobras militares en torno al régimen de Nicolás Maduro. En junio, se realizaron los ejercicios UNITAS LXIV frente a las costas colombianas; en julio, los Tradewinds 2023 en Guyana; y en noviembre, operaciones conjuntas del Comando Sur y el ejército brasileño en el norte de Brasil. Sin embargo, no hay claridad sobre el alcance real de estas operaciones, muchas de las cuales se mantienen bajo el secreto de Estado.
Mientras tanto, informes como los de la American University y la revista Conflict Management and Peace Science alertan sobre la extensa red militar estadounidense: entre 254 y 800 bases repartidas en más de 70 países, con unos 173.000 efectivos desplegados alrededor del mundo.
La omisión del gobierno colombiano en la agenda del nuevo jefe del Comando Sur deja interrogantes sobre el estado actual de las relaciones bilaterales en materia de defensa y seguridad. En un continente marcado por las tensiones y la reconfiguración de alianzas, cada visita —o ausencia— tiene su propio mensaje geopolítico.
Y.A.