El joven Musab Adili, de 20 años, falleció tres días antes de su liberación, en medio de denuncias de tortura y condiciones inhumanas en cárceles israelíes.
En medio del creciente número de denuncias por abusos sistemáticos, Musab Adili, un joven palestino de 20 años originario de la aldea de Osarin, al sur de Nablus, falleció mientras se encontraba detenido por Israel. Su muerte, ocurrida en el Hospital Soroka, fue confirmada por la Comisión de Asuntos de Detenidos y Ex Detenidos y la Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS).
Adili fue arrestado el 22 de marzo de 2024 y condenado a un año y un mes de prisión, sin embargo, su liberación estaba prevista en solo tres días. El comunicado conjunto de las organizaciones señaló que su muerte se suma a las de otros prisioneros que han sido «asesinados como resultado de los crímenes organizados perpetrados por el sistema penitenciario de ocupación israelí», en lo que califican como una escalada sin precedentes desde el inicio de la ofensiva militar en Gaza.
Desde el 7 de octubre de 2023, al menos 64 detenidos palestinos han muerto bajo custodia israelí, de los cuales 40 procedían de la Franja de Gaza, una cifra récord. Los grupos de derechos humanos describen este período como la “etapa más sangrienta en la historia del movimiento de prisioneros”.
Los informes de tortura son persistentes. Las autoridades israelíes han sido acusadas de encadenar a los detenidos las 24 horas del día, incluyendo durante el sueño, las comidas y el uso del baño. Además, se han documentado palizas sistemáticas, hacinamiento, humillaciones y condiciones sanitarias precarias.
En agosto de 2024, la organización israelí de derechos humanos B’Tselem publicó el informe “Bienvenidos al Infierno”, donde denuncia la existencia de verdaderos “campos de tortura”. El documento, basado en 55 testimonios de exdetenidos, revela violencia extrema, agresiones sexuales y detenciones sin juicio en diversos centros, tanto en la Franja de Gaza como en la Cisjordania ocupada, Jerusalén Oriental e incluso dentro de Israel.
El caso de Musab Adili no es un hecho aislado, sino parte de un patrón alarmante de violencia institucionalizada contra prisioneros palestinos, cuyas muertes continúan sin una respuesta contundente de la comunidad internacional.
Y.A.