La tosquedad contra Mario Vargas Llosa

Se identifica en perfecta sincronía con la vulgaridad y el irrespeto hacia una persona, cualquiera que fuera su postura frente a la vida, a la política, a su ética,  enrostrar su nombre, su imagen y el resto de lo ínfimo de polvo que evidencia su paso por nuestra dimensión. Desfogarse en una oscura catarsis que se envuelve  en   un lenguaje  ordinario y vulgar,  a una persona reconocida en el mundo de las letras como lo fue Vargas Llosa.
Para desprestigiarlo  y menospreciarlo hay que empezar por superarlo en su sintaxis, semántica y léxico.  Ahí está el inicio  para los huérfanos y deseosos de su brillantes intelectual.

El Diario La Libertad como el mayor Tribunal de la Libertad  de Prensa siempre ha sido consciente y coherente  en que la Libertad de expresión no es un derecho absoluto, que tiene sus limitaciones en la episteme, en lo racional y en la razonabilidad y no la arbitrariedad  o la doxa, que no es inteligible a la razón pública.

Con sentimientos de respeto y admiración.