Miguel Uribe llama a la unidad de la derecha y alerta: “No basta con ser antipetrista, necesitamos escoger el mejor para gobernar”

Miguel Uribe Turbay // Foto: Facebook Miguel Uribe

En medio de tensiones dentro del Centro Democrático, el senador Miguel Uribe Turbay propone una hoja de ruta clara hacia la unidad del partido y de la oposición, advierte sobre el uso de recursos ilícitos por parte del gobierno Petro y exige que el candidato se elija en junio para fortalecer la propuesta electoral.

Por: Redacción.
DIARIO LA LIBERTAD. 

El senador Miguel Uribe Turbay, una de las figuras más visibles del Centro Democrático, ha desatado una ola de reacciones dentro de su colectividad tras organizar un evento masivo en Medellín que reunió a más de 4.000 asistentes en Plaza Mayor. La magnitud del acto no solo llamó la atención por su capacidad de convocatoria, sino por las dudas que generó entre otros precandidatos del partido, quienes cuestionaron la austeridad, el origen de los recursos y lo que consideran una competencia desigual.

En entrevista con El Colombiano, Uribe reconoció la existencia de tensiones internas, pero fue claro en su intención: unir al partido, a la oposición y, eventualmente, al país. “No basta con ser antipetrista, necesitamos escoger el mejor para gobernar”, afirmó, al tiempo que hizo un llamado a superar las divisiones dentro del uribismo y entre sectores de la derecha.

Uribe defendió su posición como una figura conciliadora dentro del partido. “Yo hoy estoy concentrado en el objetivo final y es que a Colombia le vaya bien. Mi propósito es unir al Centro Democrático, unir a la oposición y finalmente unir a Colombia para ganar y para gobernar”, señaló. Pese a los rumores de favoritismo, aseguró que respeta profundamente a todos los precandidatos y que el proceso de selección debe hacerse bajo reglas claras.

Una de sus propuestas centrales es que la candidatura única del Centro Democrático se defina en junio, permitiendo así el tiempo necesario para consolidar alianzas y propuestas. “He propuesto y puesto sobre la mesa que sea en junio, precisamente quedarían más o menos nueve meses a la primera vuelta y ocho meses a la consulta interpartidista”, explicó.

El senador del Centro Democrático encendió el debate interno en la derecha con un acto masivo en Medellín, mientras denuncia irregularidades del Gobierno y propone una ofensiva por la seguridad y la legalidad en el país.

Al ser consultado sobre la posibilidad de respaldar un candidato único de oposición, Uribe se mostró abierto: “Si no somos capaces de unirnos para ganar, mucho menos para gobernar”. Bajo esa premisa, planteó que la unión debe fundarse en valores comunes como la seguridad, la libertad económica, un Estado eficiente, cero corrupción y una política social amplia.

Uribe también aprovechó la entrevista para responder a las críticas sobre el financiamiento de su precampaña. Con firmeza, declaró: “No tengo miedo porque no tengo rabo de paja. Es decir, soy capaz de acercarme a la candela porque no debo nada”. Recordó su experiencia como secretario de Gobierno de Bogotá, donde manejó más de $3 billones sin escándalos, y defendió su récord de transparencia.

En una acusación directa al Gobierno, aseguró que la administración de Gustavo Petro está utilizando recursos públicos e incluso dinero ilegal para fines electorales. “Me refiero a que la misma plata que Gustavo Petro –nos han demostrado las denuncias en medios– usó en la campaña ahora está llegando. ¿A qué me refiero? Plata de contratistas, plata de los narcos, plata no reportada, plata mal habida”, denunció.

Además, acusó al Gobierno de haber convertido al Estado en una maquinaria política: “Los tuiteros, las bodegas y los influenciadores hoy son funcionarios y contratistas del Estado. La diplomacia de Colombia está en manos de muchos de ellos y está al servicio del proyecto personal de Gustavo Petro”.

Para Uribe, la única manera de enfrentar con éxito esa estructura es anticiparse y consolidar una candidatura sólida. “Conclusión: entre más rápido arranquemos y mejor nos consolidemos, más chance tenemos de ganar”, sentenció.

Sobre las múltiples precandidaturas que existen actualmente, Uribe fue categórico: “Ese cuento de ‘cualquiera menos Petro’, ese cuento de ‘todos’, ‘cualquiera de derecha’, ‘cualquier antipetrista’ no funciona aquí. No basta con ser antipetrista, necesitamos escoger el mejor para gobernar”.

Miguel Uribe hizo un llamado a que la apuesta por la unidad no sea pasiva sino estratégica: “Invito a que la apuesta de unidad sea propositiva y no pasiva. Pasiva es esperar que aparezca uno y todos nos unamos, y de pronto el que aparezca no funciona”.

“Si no somos capaces de unirnos para ganar, menos para gobernar”

La escena evidenció las tensiones internas dentro del partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe y también reflejó la dificultad que tienen los sectores de derecha para consolidar una alternativa unificada de cara a las elecciones presidenciales. “Si no somos capaces de unirnos para ganar, menos para gobernar”, sentenció Uribe Turbay, en un mensaje directo a sus copartidarios.

En su diagnóstico político, Uribe Turbay desestimó la narrativa del “cualquiera menos Petro” como estrategia electoral y la asoció directamente con el excandidato Rodolfo Hernández. “‘Cualquiera menos Petro’ fue Rodolfo”, afirmó, al tiempo que propuso la necesidad de construir una plataforma coherente y estructurada. En esa línea, elogió el papel de figuras como Vicky Dávila, de quien dijo: “Me parece una candidata valiente, una mujer trabajadora”, aunque insistió en que lo que se necesita es una propuesta seria, con tesis, liderazgo y experiencia.

Sobre las críticas por el financiamiento de su campaña, el senador respondió sin rodeos: “Todos los que estamos en campaña estamos haciendo un esfuerzo financiero… Yo estoy dedicado a dos cosas: la primera, crear un ejército de defensores del voto que se llama Voluntarios por Colombia”. Reveló que sus recursos provienen de su entorno familiar y de apoyos personales, y aseguró que el propósito principal es garantizar que los votos no sean robados en las próximas elecciones.

La crítica más contundente la dirigió al presidente Gustavo Petro, a quien acusó de abandonar la gobernabilidad para concentrarse en hacer política. “Petro renunció a gobernar y se dedicó a hacer política”, denunció Uribe, advirtiendo que la propuesta de una consulta popular es una estrategia del Gobierno para anticipar elecciones y hacer politiquería. Según el senador, se trata de una movida irregular, dado que “están haciendo campaña sin que haya un acto administrativo abriendo la convocatoria”.

A su juicio, los comités del “sí” ya están operando sin sustento legal, y eso podría constituir una falta grave. “Predican que están haciendo campaña en un momento en el que no lo pueden hacer porque no hay consulta”, afirmó, alertando además sobre un eventual detrimento patrimonial, pues la consulta costaría alrededor de 700.000 millones de pesos, sin contar los gastos en publicidad.

Frente a la posibilidad de que esa consulta prospere en el Senado, Uribe se mostró escéptico: “No creo que Petro tenga los votos en el Senado para sacar la consulta popular. Y es lo correcto”, aseguró, aunque admitió que el Gobierno hará todo lo posible para conseguirlos. A su juicio, la consulta es solo una fachada, pues “la reforma laboral es un pretexto para que Petro siga haciendo política” y no una prioridad real del Ejecutivo.

Además, advirtió sobre las consecuencias de implementar las reformas a la fuerza, como ya ocurre con el sistema de salud, donde según él, “los maestros están sufriendo”. Para Uribe, la estrategia del Gobierno ha sido “imponer por la puerta de atrás” reformas que no tienen consenso y que traerán más problemas al país.

El senador también se refirió con dureza a la política antidrogas del Gobierno, calificando de “dramático” el retroceso en la erradicación y sustitución de cultivos ilícitos. Según sus cifras, este año el PNIS ha ejecutado el 0 % de su presupuesto, y la erradicación de cultivos cayó de 100.000 hectáreas en 2021 a apenas 9.000 el año pasado. “Tenemos hoy casi 300.000 hectáreas de coca y el potencial de producción más alto de la historia de cocaína”, advirtió.

Aunque reconoció que la interdicción ha sido alta en volumen absoluto, cuestionó su eficacia real: “Hoy lo que ha incautado Petro equivale más o menos al 28 % de la producción”, frente al 45 % de 2021. Según él, la renuncia del Gobierno a combatir el narcotráfico ha dado paso a enclaves industriales de producción en regiones como el Catatumbo, Nariño, Cauca y Putumayo, donde la cocaína se produce ahora con tecnología avanzada y mayor rendimiento.

Uribe Turbay concluyó con una serie de propuestas que, en su opinión, deben guiar el rumbo del país. Para él, la seguridad debe ser una causa, no un eslogan. “Mi propósito de vida es un país sin violencia y conmigo vuelve la seguridad”, prometió. Explicó que sin seguridad no hay inversión, ni empleo, ni bienestar. Su visión incluye seguridad física, jurídica e institucional, y un combate frontal contra economías ilegales como la minería ilegal, el contrabando y la trata de personas.

Así las cosas, las palabras de Miguel Uribe Turbay evidencian con claridad la fractura interna de la derecha colombiana, marcada por egos, divisiones personales y una notoria falta de cohesión, a pesar de tener un adversario común: el gobierno de Gustavo Petro. Su llamado a la unidad no es solo un gesto político, sino una advertencia sobre la necesidad urgente de construir una propuesta estructurada, coherente y basada en principios compartidos, que vaya más allá del simple rechazo al actual gobierno.

Mientras el oficialismo se mueve entre la política y la polémica, generando incertidumbre con reformas ambiguas y una anticipada campaña sostenida con recursos públicos, la oposición enfrenta el reto de demostrar no solo fuerza electoral, sino también madurez política y capacidad de articulación. En este escenario saturado de aspirantes y mensajes difusos, la propuesta de Uribe de definir desde ya un candidato presidencial busca evitar la improvisación y posicionarse como una opción real y viable para disputar el poder en 2026. Más que un aspirante, Uribe intenta consolidarse como un articulador de unidad dentro de una derecha fragmentada que aún no logra cohesionar su discurso ni su estrategia.

Y.A.