Un hallazgo arqueológico sin precedentes ha sacado a la luz parte fundamental de la historia colonial de Cartagena. Investigadores de la Universidad del Norte confirmaron el descubrimiento de aproximadamente 900 esqueletos humanos en el antiguo convento de San Francisco, ubicado en el barrio Getsemaní.
El equipo científico señaló que los restos óseos pertenecen a individuos de diversas procedencias étnicas —europea, africana e indígena— lo cual constituye una prueba significativa del mestizaje que caracterizó a la ciudad durante el periodo colonial. Además, los estudios revelan señales de estrés físico, enfermedades y procesos de adaptación ambiental, permitiendo reconstruir aspectos clave de la salud y las condiciones sociales de aquella época.
“Cada hueso encontrado es una fuente de información sobre la vida cotidiana, los hábitos y los desafíos de quienes habitaron Cartagena siglos atrás”, afirmó el antropólogo Javier Rivera, uno de los líderes del proyecto de investigación.
Este importante descubrimiento no solo enriquece el patrimonio histórico y cultural de la ciudad, sino que también invita a reflexionar sobre las raíces diversas y complejas de la sociedad cartagenera.