El gobierno estadounidense advierte que las medidas técnicas previstas por Colombia afectarían $700 millones en exportaciones y podrían desencadenar represalias comerciales.
Una carta enviada por el secretario de Comercio de Estados Unidos, Jamieson L. Greer, a la ministra encargada de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Cielo Rusinque, ha encendido las alarmas en torno a la entrada en vigor de nuevas regulaciones técnicas colombianas sobre seguridad automotriz, previstas para el próximo 2 de mayo.
Greer expresa en el documento su “profunda preocupación” por el impacto que tendrían estas medidas, que podrían significar el fin del reconocimiento de los estándares de certificación y seguridad de los vehículos estadounidenses, en particular los establecidos por la Federal Motor Vehicle Safety Standards (FMVSS). Según el funcionario, la implementación de estas normas “pondría en riesgo cerca de 700 millones de dólares en exportaciones anuales de vehículos y autopartes” desde EE. UU. hacia Colombia.
“El cambio de requisitos por parte de Colombia, sin presentar evidencia de que los métodos actuales no cumplen con los objetivos de seguridad y rendimiento, constituye una práctica comercial injusta”, afirma Greer en la misiva. Además, advirtió que esta situación podría derivar en una “cesación total de las importaciones desde Estados Unidos a partir del 2 de mayo”, fecha en que se aplicarían las nuevas disposiciones.
Aunque el representante comercial reconoció que Washington apoya los objetivos de Colombia en materia de seguridad vial, subrayó que no deben lograrse mediante barreras comerciales innecesarias. “Tales medidas obstruirán el comercio entre EE. UU. y Colombia, afectarán negativamente el mercado automotriz colombiano y limitarán el acceso a vehículos más seguros”, añadió.
Greer también recordó que países como Argentina, Brasil, Canadá y México han logrado implementar regulaciones compatibles con los estándares de la FMVSS o la Comisión Económica para Europa, sin necesidad de medidas restrictivas.
La carta llega en un contexto global delicado, marcado por el recrudecimiento de la guerra arancelaria entre EE. UU. y China, en la que Washington ha incrementado sus tarifas en más de un 125%, lo cual acentúa las tensiones comerciales en distintos frentes.
“Hay una solución que puede alcanzar los objetivos de Colombia sin poner en peligro nuestras relaciones comerciales”, concluyó el secretario, invitando al gobierno colombiano a retrasar la entrada en vigor de las normas mientras se exploran salidas consensuadas.
Y.A.