La menopausia pide ser escuchada

*Fatiga constante, insomnio, dolor en las articulaciones, riesgo cardiovascular en aumento y pérdida de masa ósea, son algunos de los cambios con los que llega esta etapa especial de la mujer.

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

Silenciosa, pero presente. La menopausia llega sin manual de instrucciones, sin anuncios, y a veces, sin el acompañamiento necesario. En Colombia, más de 5 millones de mujeres ya han superado la edad promedio en la que esta etapa de la vida comienza: entre los 49 y 50 años.

Sin embargo, este sigue siendo un tema que se esquiva en las conversaciones familiares, se desconoce en los espacios laborales y se ignora, incluso, en el Congreso.
Pero, ¿por qué hablar de menopausia? Porque no se trata solo del fin de la menstruación.

Es un cambio profundo, biológico, emocional y social, que afecta directamente la calidad de vida de millones de mujeres, por lo que es necesario quitarle el velo de invisibilidad.
La doctora Adriana Camero, ginecóloga y expresidenta de la Asociación Colombiana de Menopausia, asegura que existe la percepción errónea de que la menopausia solo implica la ausencia de la menstruación, las oleadas de calor y los cambios de ánimo, pero la realidad es otra.

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Durante una reciente plenaria en la Cámara de Representantes, Camero hizo un llamado urgente a que los congresistas piensen en las mujeres de su vida –madres, esposas, hermanas, abuelas– y se pregunten si están recibiendo la atención médica, emocional y social que merecen en esta etapa.

Si el cuerpo habla, ¿la sociedad escucha?

Fatiga constante, insomnio, dolor en las articulaciones, sequedad vaginal, disminución del deseo sexual, riesgo cardiovascular en aumento y pérdida de masa ósea. Todo esto ocurre en silencio, muchas veces en paralelo con la plenitud de una mujer: cuando lidera proyectos, educa hijos, cuida nietos, ama, sueña, trabaja.

“Nuestra expectativa de vida es cercana a los 80 años. Entonces las mujeres vamos a vivir un tercio de nuestra vida en menopausia y se hace necesario garantizar las mejores condiciones para vivir esta etapa con total plenitud”, afirma la doctora Camero.

En su intervención, pidió que se avance en una ley que garantice un sistema de salud adaptado a las necesidades específicas de esta etapa vital. Una ley que permita a las mujeres recibir atención oportuna y digna, sin importar si viven en una ciudad capital o en un municipio remoto.

Porque sí, aunque la menopausia sea universal, el acceso al tratamiento, la información y el acompañamiento es muy desigual. Siendo esto también una forma de violencia estructural.

¿Qué es lo más difícil?

Además de los síntomas físicos, la menopausia viene acompañada de impactos emocionales y sociales, lo que cambia la manera en que muchas mujeres se ven a sí mismas. La percepción cultural del envejecimiento femenino, los estereotipos de belleza, el miedo al rechazo o a “dejar de ser deseables” pesan, y mucho.

Lo cierto es que este momento también puede transformarse en una oportunidad: para cuidarse, reinventarse, reconectarse consigo mismas y adoptar hábitos de vida más saludables.

La doctora Camero insiste en que se debe trabajar integralmente para eliminar barreras. Se habla de falta de diagnósticos oportunos, escasa formación en el personal médico, tratamientos inaccesibles o desconocidos, y una profunda desinformación social.

¿Final o comienzo?

Hablar de menopausia es hablar de respeto, de derechos, de ciencia, de humanidad. Es, también, reconocer que esta etapa no debe vivirse en silencio, con vergüenza o como una carga.

Finalmente, se destaca que la menopausia no debería ser un tabú. Debería ser una conversación abierta, constante y empática, que empieza, como todo cambio profundo, por ponerle palabras a lo que por años se ha callado.

Con esta iniciativa, impulsada por la representante Marelen Castillo, se espera que se implementen desde el Congreso políticas públicas encaminadas a garantizar que las mujeres en esta etapa de la menopausia puedan recibir atención oportuna y tener acceso en todos los territorios del país a un modelo de atención integral con un enfoque multidisciplinario que les proporcione una mejor calidad de vida.