La reciente suspensión de aranceles anunciada por el expresidente Donald Trump ha desatado una ola de reacciones en el Congreso de los Estados Unidos, donde varios senadores han solicitado abrir una investigación formal ante posibles actos de manipulación del mercado y uso indebido de información privilegiada.
Las alarmas se encendieron luego de que Trump publicara un mensaje en sus redes sociales afirmando que «es el momento de comprar», minutos antes de que se anunciara una pausa de 90 días en la imposición de nuevos aranceles a decenas de países, con excepción de China. Este giro en la política comercial generó un repunte histórico en Wall Street: el Dow Jones subió un 7.87% y el Nasdaq un 12.16%, cifras que no se veían desde hace más de una década.
El senador demócrata Adam Schiff fue uno de los primeros en alzar la voz, cuestionando en la red social X si miembros de la administración estaban al tanto de la decisión anticipadamente y si alguien pudo haber aprovechado esa información para obtener ganancias en el mercado bursátil.
Por su parte, legisladores del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes acusaron a Trump de estar involucrado en un esquema de manipulación financiera a gran escala, al beneficiarse directa o indirectamente de la reacción positiva del mercado.
La controversia se intensificó con la publicación de un video en el que Trump aparece junto a Charles Schwab, fundador de la firma financiera Schwab, a quien presenta en la Oficina Oval mientras comenta que ese día habría ganado 2,500 millones de dólares.
Asimismo, las acciones de Trump Media & Technology Group —identificadas en el mercado con el símbolo “DJT”, coincidente con las iniciales del expresidente— cerraron la jornada con un incremento del 21.67%, lo que ha incrementado las sospechas sobre un posible conflicto de intereses.
Richard Painter, exasesor legal en temas éticos durante la administración de George W. Bush, también se sumó a las voces que consideran necesaria una investigación: “Los presidentes no deben comportarse como asesores financieros. Esto puede constituir manipulación del mercado”.
En respuesta, la Casa Blanca defendió la postura del exmandatario, asegurando que su intención era transmitir calma a los ciudadanos y evitar el pánico económico derivado del alarmismo mediático.
La polémica sigue creciendo mientras se espera una posible acción del Congreso o de organismos reguladores para esclarecer si hubo algún delito financiero o si se trató simplemente de un movimiento político con consecuencias inesperadas en los mercados.