A sus 75 años, Wilfrido Vargas rompe el silencio: revelaciones sobre Rubby Perez y el éxito de Volveré

El ícono del merengue confiesa detalles inéditos acerca de la expulsión de Rubby Perez de su orquesta, una llamada a las 3 de la madrugada y momentos que casi cambiaron la historia de Volveré tras la trágica muerte del vocalista.

El legendario director y compositor Wilfrido Vargas, a sus 75 años, ha decidido romper el silencio y desvelar detalles nunca antes contados sobre la oscura historia detrás de la expulsión de Rubby Perez de su orquesta. Un relato cargado de emociones, confesiones y recuerdos que reabren viejas heridas y explican el rumbo de un éxito que marcó el panorama del merengue: Volveré.

Durante una entrevista profunda, Wilfrido Vargas recordó aquel primer viaje a Barranquilla, en plena temporada de carnavales, donde la atmósfera festiva se mezclaba con tensiones y el innegable talento de un Rubby aún ingenuo y callado que, a pesar de su timidez, mostraba una sed insaciable de aprender. “Nunca voy a olvidar ese primer viaje con Rubby. Fue a Barranquilla, Colombia… Rubby era nuevo en la orquesta. Estaba callado, medio asustado… pero tenía hambre de triunfar”, confesó Vargas, haciendo énfasis en cómo aquel encuentro marcó el inicio de una relación que más tarde se tornaría amarga.

La polémica se centra en el momento más crítico de la carrera del merengue. Según el relato de Wilfrido Vargas, una única frase casi paralizó la trayectoria de Rubby Perez, y en un giro dramático, una llamada a las 3 de la madrugada evidenció tensiones internas que llevaron a su expulsión. Estas decisiones, tomadas en el apogeo de lo que sería Volveré, permitieron que la canción se consolidara como un himno, pero dejaron cicatrices en el alma de quienes la vivieron de cerca.

El relato de Vargas no solo destaca la traición y el orgullo, sino también un proceso de redención y resignación ante una pérdida devastadora. La reciente trágica muerte de Rubby Perez en un accidente ha vuelto a encender la discusión sobre lo sucedido, obligando al maestro del merengue a enfrentar públicamente aquellos episodios que durante décadas se mantuvieron en el silencio.

Para los fanáticos del merengue y los seguidores de ambos artistas, esta confesión representa mucho más que el recuerdo de una trayectoria musical: es el testimonio del precio que a veces se paga por el éxito y la fama en un mundo tan vibrante como el del merengue.

Con cada palabra, Wilfrido Vargas parece cerrar un capítulo doloroso, dejando ver el verdadero rostro detrás del escenario: el de un hombre que, entre luces y sombras, vivió una historia de gloria, traición y redención que cambiará para siempre la percepción del género musical.

Y.A.