La Agencia Nacional de Tierras (ANT) enfrenta serias dificultades en la ejecución de la reforma agraria en el departamento del Cesar, debido a la creciente invasión y apropiación irregular de terrenos baldíos, predios que por ley son propiedad del Estado colombiano.
Durante una reciente visita a Valledupar, el director de la ANT, Felipe Harman, reveló que más de 170 mil hectáreas de las 380 mil postuladas para ser entregadas a campesinos corresponden a baldíos. Esta situación se ha convertido en un verdadero obstáculo para el avance del proceso, ya que por norma legal estos terrenos no pueden ser adquiridos sino recuperados por el Estado.
“El problema con los baldíos es estructural. No se pueden comprar, se deben recuperar porque son de todos los colombianos”, explicó Harman, quien además denunció que muchos de estos predios han sido utilizados durante años por particulares para proyectos ganaderos y agrícolas, y hoy pretenden venderlos como si fueran de su propiedad.
La falta de títulos claros por parte de los oferentes ha impedido concretar la compra de cerca de 40 mil hectáreas. En algunos casos, como el de una finca de 4.000 hectáreas, se han adquirido 14 de los 16 folios registrales, pero los dos restantes son baldíos, situación que ha detenido el negocio, ya que los propietarios insisten en vender la totalidad del terreno o nada.
Esta realidad ha generado inconformidad entre comunidades campesinas organizadas que han solicitado tierras y no ven avances concretos, lo cual ha derivado en bloqueos y manifestaciones en diferentes puntos del departamento.
La ANT reconoce los retos que implica enfrentar este fenómeno, pero reafirma su compromiso con la legalidad y la justicia agraria. Mientras tanto, el Gobierno evalúa estrategias para agilizar los procesos de recuperación de baldíos y responder con mayor eficacia a las necesidades del campo colombiano.