Tras un encuentro que tuvo lugar en la capital del Valle del Cauca, se conoció la decisión de tres exgobernadores de entrar en la puja por la Presidencia de la República.
Se trata de los siguientes tres exmandatarios departamentales:”Juan Guillermo Zuluaga, exgobernador del departamento del Meta; Aníbal Gaviria Correa, exgobernador del departamento de Antioquia, y Héctor Olimpo Espinosa, exgobernador del departamento de Sucre”.
Los tres hacen parte de un amplio grupo de líderes regionales que han determinado unirse de cara a los próximos procesos electorales.
En el encuentro, en el que se conocieron las aspiraciones, más de 10 exgobernadores expresaron su profunda preocupación por el rumbo que está tomando el país y por el creciente proceso de desinstitucionalización
que debilita las bases del Estado colombiano.
“Esta situación se manifiesta en el deterioro de la capacidad de gestión y un preocupante grado de improvisación en el manejo del aparato estatal”, cuestionaron.
De igual forma, aseguraron que como líderes
regionales que enfrentan en sus respectivos territorios, las complejidades sociales, económicas y de seguridad que hoy afectan a millones de colombianos, coinciden en que el país atraviesa un momento que exige firmeza, responsabilidad, y una visión territorial, colectiva y técnica para su conducción.
Por lo anterior, reafirmaron tres pilares que
deben ser asumidos con carácter prioritario en la agenda nacional:
- La seguridad, entendida no solo como presencia institucional y fortalecimiento de la justicia, sino como garantía de vida, derechos y libertades en cada rincón del país.
- La inclusión social y desarrollo económico, como herramienta efectiva de inversión para cerrar brechas, prevenir violencias y generar oportunidades reales de desarrollo.
- La autonomía regional y el empoderamiento del territorio, que implica no solo descentralización administrativa, sino capacidad real de decisión y ejecución para suplir las necesidades básicas de las regiones..
Por último, señalaron que el encuentro ratificó que las regiones no son actores secundarios en la construcción de país, y por el contrario, representan hoy el punto de partida para la recuperación de la confianza ciudadana, la consolidación institucional y la construcción de consensos amplios que superen la polarización y devuelvan el enfoque técnico y humano al ejercicio del poder público.
