Los nombres de varios congresistas actuales se relacionan con los oscuros legados de sus familias, vinculadas al paramilitarismo y con investigaciones abiertas por la Corte Suprema.
Herederos de caudales electorales, como Nadia Blel y Esteban Quintero, siguen escalando posiciones en la política, a pesar de las condenas y señalamientos que pesan sobre sus padres.
El legado de los Blel: de la condena a la silla del Congreso
Nadia Blel, actual senadora del Partido Conservador, lidera hoy la colectividad con una responsabilidad histórica: convertirse en la primera mujer en dirigir al conservatismo en sus 175 años de existencia. Sin embargo, el peso de su apellido, heredado de su padre Vicente Blel Saad, sigue siendo controversial. Vicente fue condenado en 2010 por sus vínculos con el paramilitarismo, específicamente con los líderes del Bloque Central del Bolívar, y su legado político ha sido aprovechado por sus hijos, Nadia y Vicente Junior. La familia continúa ejerciendo una fuerte influencia en la política del departamento de Bolívar.
Esteban Quintero: heredero de un legado manchado por la paramilitarismo
Por su parte, Esteban Quintero, hoy senador por el Centro Democrático, llegó al Congreso respaldado por el caudal electoral de su padre, Rubén Darío Quintero, exalcalde de Rionegro. Aunque a sus 25 años fue elegido como el diputado más joven de Antioquia, su ascenso político no está exento de controversias. Su padre, conocido por su amistad con el expresidente Uribe, fue capturado en 2008 por sus vínculos con el paramilitar Freddy Rendón, alias «El Alemán». A pesar de estos antecedentes, Esteban logró un exitoso paso al Senado, consolidando aún más el poder de su familia en la política antioqueña.
El caso de Wadith Manzur: una familia marcada por la parapolítica
En la Cámara de Representantes, Wadith Manzur sigue el camino de su padre, Julio Manzur Abdala, quien fue uno de los senadores más influyentes del Partido Conservador hasta que la Corte Suprema lo condenó por sus relaciones con los paramilitares. A pesar de la condena de 7 años que pesa sobre su padre, Wadith ha logrado ascender en la política, siendo elegido por dos periodos consecutivos en la Cámara, a pesar de las acusaciones que lo vinculan con escándalos de corrupción.
Estos casos evidencian cómo, a pesar de las condenas y las investigaciones, los legados familiares continúan ejerciendo una poderosa influencia en la política colombiana.