Del instrumentalismo a la sensibilidad curricular como resistencia educativa

POR: ROBERTO CARLOS DÍAZ SALINA

El texto “La Sensibilidad Curricular con el Contexto» del Dr. Reynaldo Mora expone una visión curricular fundamentada en la conexión entre la escuela y las problemáticas sociales del entorno. El Dr. Mora establece como eje central la necesidad de superar los currículos generalistas y estandarizados que ignoran las realidades contextuales.

Sus planteamientos se estructuran en torno a:

• La crítica a los sistemas evaluativos nacionales e internacionales descontextualizados

• La conceptualización del contexto como «fuerza motriz» del proyecto curricular

• La metáfora del currículo como «edificio recipiente» que debe albergar las realidades sociales

• La formación de ciudadanos con valores democráticos como objetivo fundamental

• La resistencia frente al instrumentalismo tecnocrático del sistema educativo oficial

• La propuesta de un Currículo Contextualizado y Pertinente (CCP) como alternativa transformadora

El autor presenta la «sensibilidad curricular» como una postura epistemológica que reconoce las particularidades locales y regionales, posicionándose como una voz crítica frente a lo que denomina «la rigidez curricular del positivismo instrumentalista».

El análisis del pensamiento del Dr. Mora revela conexiones significativas con corrientes teóricas críticas que han cuestionado la naturaleza política del currículo como instrumento de reproducción o transformación social.

La noción de «sensibilidad curricular con el contexto» que presenta el Dr. Mora establece un diálogo con la perspectiva de Henry Giroux, quien concibe el currículo como un campo de resistencia cultural. En «Teoría y Resistencia en Educación», Giroux señala que «el conocimiento escolar nunca es neutral, sino que está implicado en la construcción y organización selectiva de enormes cantidades de capacidades, relaciones sociales e ideas» (Giroux, 1983, p. 45). Esta visión complementa la crítica que realiza el Dr. Mora hacia los «currículos generalistas» que ignoran las vivencias contextuales.

La metáfora del «edificio recipiente» que utiliza el Dr. Mora para conceptualizar el currículo evoca la perspectiva fenomenológica de William Pinar, quien propone comprender el currículo como experiencia vivida. En «Understanding Curriculum», Pinar establece que «el currículo es una conversación complicada entre profesores y estudiantes sobre temas que surgen de sus propias vidas en relación con el conocimiento académico» (Pinar, 1995, p. 848). Esta visión enriquece la propuesta del Dr. Mora sobre la necesidad de «oxigenación» curricular desde el contexto.

La crítica a los mecanismos evaluativos descontextualizados que plantea el Dr. Mora presenta convergencias con los análisis de Michel Foucault sobre las dinámicas de poder en las instituciones educativas. En «Vigilar y Castigar», Foucault explica cómo «el examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza» (Foucault, 1975, p. 189). Esta perspectiva ilumina la caracterización que hace el Dr. Mora de la evaluación como «símbolo de poder» cuando se reduce a mera medición numérica.

El concepto de «Currículos Contextualizados y Pertinentes» (CCP) que propone el Dr. Mora mantiene correspondencias con el trabajo de Gloria Ladson-Billings sobre pedagogía culturalmente relevante. En «The Dreamkeepers», Ladson-Billings describe cómo «los estudiantes deben experimentar el éxito académico mientras desarrollan y/o mantienen competencia cultural» (Ladson-Billings, 1994, p. 17). Este enfoque valida la insistencia del Dr. Mora en la necesidad de que el currículo responda a las particularidades culturales y sociales del entorno.

La visualización del contexto como «fuerza motriz» del proyecto curricular que propone el Dr. Mora encuentra resonancias con la pedagogía participativa de Ira Shor. En «Empowering Education», Shor menciona que «un currículo que no desafía la visión estándar, dominante de conocimiento legítimo, y la forma estándar, dominante de enseñarlo, está tácitamente legitimando las desigualdades existentes» (Shor, 1992, p. 32). Esta visión fortalece la crítica del Dr. Mora hacia el currículo oficial como «mecanismo de rigidez negador de realidades sensibles».

La analogía biológica de «aprender a respirar oxígeno del contexto» que emplea el Dr. Mora puede interpretarse a la luz del concepto de «comprensión profunda» desarrollado por David Perkins. En «La Escuela Inteligente», Perkins advierte que «un conocimiento que no se conecta con la experiencia del estudiante permanece inerte, incapaz de informar el pensamiento en contextos diferentes al aula» (Perkins, 1992, p. 79). Esta perspectiva refuerza la visión del Dr. Mora sobre la necesidad de un currículo que mantenga vínculos orgánicos con las problemáticas sociales.

El planteamiento del Dr. Mora sobre la separación entre escuela y contexto como «debilidad del sistema educativo» constituye una aplicación contextualizada de la teoría educativa crítica. Su propuesta de integración entre currículo, evaluación y contexto social representa una contribución significativa al campo de los estudios curriculares, particularmente en el escenario latinoamericano donde las tensiones entre globalización y necesidades locales configuran desafíos educativos complejos.

La conceptualización del Dr. Mora sobre la sensibilidad curricular como resistencia frente al instrumentalismo estandarizante ofrece una perspectiva valiosa para la reflexión pedagógica contemporánea, estableciendo puentes entre la tradición crítica educativa y las particularidades del contexto colombiano.