Este jueves, un sismo de magnitud 6,9 se registró en el océano Atlántico, a unos 1.417 kilómetros de Islandia. A pesar de su fuerza, no se reportaron daños ni alerta de tsunami, según los expertos.
El evento sísmico ocurrió en una zona de alta actividad tectónica, donde los terremotos son habituales debido al movimiento de las placas. Especialistas explican que, aunque un sismo de esta magnitud podría generar un tsunami, la distancia a las costas minimiza el riesgo.
Durante las últimas 24 horas, diversas estaciones sísmicas han detectado más de 700 temblores en distintas partes del mundo, lo que confirma la constante actividad del planeta.
Las autoridades continúan vigilando la situación, pero por ahora no se prevén mayores afectaciones.
