TEMA EDUCATIVO : DESCOLONIZANDO LA EVALUACION

POR: Roberto Carlos Diaz Salina.

El texto «Pensamientos formativos curriculares: la evaluación como dignidad humana» del Dr. Reynaldo Mora Mora establece una crítica frontal a la estandarización evaluativa en Colombia. El autor examina cómo el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Icfes implementan pruebas estandarizadas que, según su análisis, perpetúan la desigualdad social al limitar el acceso de estudiantes de contextos empobrecidos a la educación superior pública.
El Dr. Mora caracteriza estas pruebas como instrumentos que, contrario a su pretensión de calidad educativa, funcionan como mecanismos de exclusión. El texto cuestiona la homogeneización de los estudiantes mediante estas evaluaciones y propone una «Nueva Cultura de la Evaluación» (NCE) que reconozca las particularidades contextuales y culturales. El autor establece la conexión entre currículo y evaluación como un «nudo gordiano» del sistema educativo, planteando la necesidad de evaluaciones múltiples, diversificadas y contextualizadas que respeten la dignidad humana de los educandos.
La visión del Dr. Mora sobre las pruebas estandarizadas como reproductoras de desigualdad social se relaciona con la teoría de los campos de Pierre Bourdieu. Cuando Mora menciona que «el campo del currículo o de la evaluación son ‘campos de batallas'», refleja el concepto bourdiano de luchas simbólicas donde «todo campo constituye un terreno de luchas donde los individuos buscan mantener o alterar la distribución de las formas de capital específico» (Bourdieu, «La reproducción: elementos para una teoría del sistema educativo», 1977).
La crítica a la instrumentalización tecnocrática del Icfes y del MEN evoca el análisis de Michael Apple sobre cómo el conocimiento oficial opera como control social. Cuando el Dr. Mora señala que estas instituciones «infravaloran las dimensiones humanas de los jóvenes estudiantes pobres», refleja lo que Apple denomina «conocimiento técnico-administrativo que perpetúa las relaciones existentes de poder y privilegio» (Apple, «Ideología y currículo», 1979, p. 83).
El concepto de «cierre social» que Mora retoma de Weber encuentra eco en la obra de Michel Foucault, particularmente cuando Mora cuestiona cómo las Pruebas Estatales operan como tecnologías de dominación. Este fenómeno se vincula con lo que Foucault describe como «el examen como instrumento disciplinario que establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se les diferencia y se les sanciona» (Foucault, «Vigilar y castigar», 1975).
La propuesta de una Nueva Cultura de la Evaluación que presenta el Dr. Mora dialoga con la perspectiva de Elliot Eisner sobre evaluación educativa. La insistencia de Mora en «otras prácticas evaluativas por el sentido vivido por los estudiantes» conecta con la postura de Eisner: «Las formas de evaluación que utilizamos influyen en lo que los estudiantes aprenden y en la manera en que llegan a pensar sobre sí mismos» (Eisner, «El arte y la creación de la mente», 2002).
El cuestionamiento a la estandarización encuentra correspondencia en la teoría comunicativa de Jürgen Habermas, especialmente cuando el Dr. Mora describe la evaluación oficial como un «tejido instrumental». Este enfoque remite a la distinción habermasiana entre racionalidad instrumental y comunicativa: «La racionalidad instrumental transforma a los seres humanos en medios, negando su condición de fines en sí mismos» (Habermas, «Conocimiento e interés», 1968).
Finalmente, la propuesta del Dr. Mora sobre evaluaciones múltiples y contextualizadas conecta con el pensamiento de Boaventura de Sousa Santos y su «ecología de saberes». Cuando Mora propone «evaluaciones múltiples, diversificadas, contextualizadas, pertinentes», resuena la idea de que «existe una diversidad epistemológica en el mundo que debe ser reconocida y valorada como alternativa al monopolio epistemológico de la ciencia moderna» (De Sousa Santos, «Descolonizar el saber, reinventar el poder», 2010).
La crítica del Dr. Mora constituye una epistemología de la evaluación educativa que trasciende la instrumentalización técnica y rescata la dignidad humana como valor central del proceso educativo, posicionándola como una contribución significativa al debate sobre políticas educativas en Colombia.