La falta que hace un alcalde verdadero

Volví, más acucioso y más mordaz.

Por Álvaro Cotes Córdoba

Dos atracadores en moto con armas de fuego llegaron anoche a una zona de Santa Marta donde la gente de clase media acostumbra ir, durante los fines de semanas y por las horas de las noches a beber y comer, más exactamente por los alrededores del Parque El Cundí e iban a atracar a dos clientes del sector, pero estos últimos, apenas vieron las malas intenciones de los antisociales, sacaron de sus cinturas también, par armas de fuego y se enfrentaron a tiros a los delincuentes.

Una de las víctimas de los asaltantes resultó herida en el intercambio de disparos y los cuales, como era de esperarse, ocasionaron el pánico entre el resto de comensales y bebedores de la zona.

Minutos más tarde, llegó al lugar la policía a enterarse de lo sucedido y a hablar con todo el que quiso, para abrir la investigación, como suele suceder casi siempre.

Algunos periodistas noctámbulos, esos que parecieran que no durmieran, “porque las noticias tampoco lo hacen”, arribaron también al sitio de los hechos, minutos después de la policía y por eso encontraron el lugar acordonado con cintas amarillas.

Tras indagar igualmente con la gente, de la misma manera se enteraron sobre lo ocurrido, pero como no son policías sino informadores, comenzaron a reflexionar: Dos atracadores armados, dos clientes del lugar también, en conclusión: la inseguridad en Santa Marta está tan elevada, que la gente va hasta armada a beber o comer en los sitios nocturnos, en donde pareciera que la policía no llega a ejercer requisas y así evitar posible gente borracha y armada y menos brindar seguridad.

Estamos mal en materia de seguridad. Y es entonces cuando uno confirma la falta que hace un alcalde verdadero, uno que haya sido elegido por el pueblo, para reclamarle con propiedad, autoridad y derecho, por qué no está cumpliendo con el deber que le otorgamos al elegirlo en ese cargo.