La controversia en torno al metro de Bogotá sigue generando debate. Un experto en infraestructura confirmó recientemente que la decisión de construir un metro elevado en la capital colombiana no obedeció a criterios técnicos, sino políticos, respaldando así las afirmaciones del presidente Gustavo Petro, quien ha insistido en la necesidad de un metro subterráneo.
Desde hace más de una década, la construcción del metro de Bogotá ha sido objeto de discusiones entre distintos gobiernos y administraciones distritales. Petro, en su mandato como alcalde (2012-2015), impulsó un proyecto de metro subterráneo, argumentando que era la mejor opción para la movilidad en la ciudad. Sin embargo, su sucesor, Enrique Peñalosa, optó por cambiar el diseño a un sistema elevado, decisión que ha sido mantenida por las administraciones posteriores.
De acuerdo con el experto, cuyo análisis ha generado reacciones en diferentes sectores, la modificación del diseño original obedeció más a conveniencias políticas y decisiones de gobierno que a estudios técnicos detallados.
La declaración ha reavivado el debate sobre los impactos de cada modelo. Mientras el gobierno de Petro defiende que un metro subterráneo reduciría afectaciones urbanas y beneficiaría la movilidad, los defensores del sistema elevado sostienen que es una alternativa más rápida y menos costosa.
Actualmente, la construcción del metro elevado sigue en marcha, pero las críticas y propuestas de cambios continúan. La discusión sobre si Bogotá debería haber optado por el metro subterráneo sigue abierta, con ciudadanos y expertos divididos sobre cuál era realmente la mejor opción para la ciudad.