En un hecho histórico para la justicia mexicana, la presidenta Claudia Sheinbaum ha ordenado la captura de varios jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) bajo acusaciones de corrupción y abuso de poder.
Según fuentes cercanas al gobierno, la decisión se tomó tras una investigación exhaustiva en la que se detectaron presuntas irregularidades en el otorgamiento de amparos y resoluciones judiciales que favorecían a empresarios y políticos involucrados en actos ilícitos. La mandataria afirmó que «la impunidad no tendrá cabida en este país» y que la justicia debe aplicarse sin distinción de cargos o influencias.
El operativo de detención fue ejecutado por la Fiscalía General de la República (FGR) en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública. Se reporta que algunos de los jueces intentaron evadir la justicia, pero fueron localizados gracias a un trabajo de inteligencia.
Este hecho ha generado reacciones divididas en el ámbito político y judicial. Mientras algunos sectores aplauden la medida como un avance en la lucha contra la corrupción, otros la consideran un ataque a la autonomía del Poder Judicial.
Sheinbaum reiteró que su gobierno está comprometido con la transparencia y el combate a la impunidad, y aseguró que las investigaciones continuarán para garantizar que los jueces responsables enfrenten las consecuencias legales correspondientes.
En los próximos días se espera que las autoridades revelen más detalles sobre el caso y los procesos legales que seguirán contra los jueces detenidos.
