Lo que se quiere reelegir en Uniatlántico

Por Gary Martínez Gordon, abogado

La universidad pública tiene dentro de sus finalidades la formación de profesionales de alta calidad y con pertinencia social, la generación y desarrollo del conocimiento científico a partir de la investigación es uno de sus pilares fundamentales, el impulso económico de su entorno a partir de profesionales formados en las distintas áreas del saber y desde luego el conocimiento crítico que es el que cuestiona nuestra realidad y se propone transformarla para el mejoramiento de nuestra calidad de vida, son entre muchas otras aristas, los propósitos fundamentales que la rigen.

La misión de la Universidad del Atlántico se enmarca dentro de estas líneas y se define como: “Somos una universidad pública inclusiva de la región Caribe, orientada a la formación integral de alta calidad, cimentada en la investigación y extensión desde unas bases científicas, éticas, humanísticas, tecnológicas, artísticas y con enfoque internacional; que ratifican nuestro compromiso con el desarrollo social y económico, así como a la conservación del patrimonio y la cultura, acorde con las dinámicas de la Educación Superior.”

Y su visión igual: “A 2031 seremos reconocidos en el entorno regional, nacional e internacional como una institución orientada a la investigación e innovación, que brinda educación de alta calidad con estándares internacionales, políticas de inclusión y responsabilidad social universitaria.”

Pero los resultados apuntan en sentido contrario, veamos.

Pruebas Saber Pro
Son en el principal medidor de cómo van las universidades tanto públicas como privadas en el país, se publican año a año sus resultados para evaluar el desempeño de éstas, no obstante, en el caso de la Universidad del Atlántico, no figura siquiera dentro de las 20 primeras a nivel nacional y se supone que somos el centro educativo superior público más importante de la región caribe.
Este es el listado de las primeras 20 a nivel nacional, de una evaluación hecha de entre 222 instituciones de educación superior del país.

  1. Universidad Nacional –Sede Bogotá-: 185 puntos.
  2. Universidad EIA: 184 puntos.
  3. Universidad de los Andes: 184 puntos.
  4. Universidad del Rosario: 183 puntos.
  5. Universidad Icesi: 181 puntos.
  6. Universidad de la Sabana: 191 puntos.
  7. Universidad Nacional –Sede Medellín-: 188 puntos.
  8. Colegio de Estudios de Administración (Cesa): 178 puntos.
  9. Pontificia Universidad Javeriana –Sede Bogotá-: 174 puntos.
  10. Universidad del Norte: 173 puntos.
  11. Universidad EAFIT: 173 puntos.
  12. Universidad Externado de Colombia: 171 puntos.
  13. Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito: 171 puntos.
  14. Universidad Javeriana –Sede Cali-: 169 puntos.
  15. Universidad Industrial de Santander –UIS-: 168 puntos.
  16. Universidad Distrital: 167 puntos.
  17. Universidad de Antioquia: 167 puntos.
  18. Universidad CES: 163 puntos.
  19. Universidad Pontificia Bolivariana –UPB-: 162 puntos.
  20. Universidad Tecnológica de Bolívar: 161 puntos.

Investigación.
Según el ranking publicado por ART Sapiens en el período 2023-2024 ocupamos el 5to lugar a nivel nacional, sin embargo, en el período 2024-2025 perdimos 5 posiciones al ocupar el 10 puesto a nivel nacional, lo que demuestra un retroceso importante.

Esto contrasta con el ranking publicado para el período 2024-2025 por el Scimago Institutional Ranking que nos ubica en el 29 lugar a nivel nacional.

Retrocedemos 5 escalones en un año ¿A qué se debe esto?

Extensión
Uno de los factores que se tienen en cuenta es el impacto de la universidad con los estudios de postgrado, en éste ámbito los resultados se evalúan por la calidad, imagen y prestigio de la universidad en la sociedad, lo que atrae a profesionales de distintas latitudes a matricularse en un postgrado.

De los 44 postgrados que tiene la Universidad del Atlántico, 14 especializaciones, 26 maestrías y 4 doctorados, se matricularon 381 personas para el primer semestre de 2025, lo que arroja un promedio de 8.65 estudiantes por postgrado, sin mencionar, que hay programas en los que no se matriculó ni una sola persona como la Especialización Tecnológica en Gestión de Construcciones Limpias y Sostenibles, de la Facultad de Arquitectura, la Especialización en Métodos Numéricos y Aplicados, de la Facultad de Ciencias Básicas y la Especialización en Plantas Medicinales, de la Facultad de Química y Farmacia.

La reelección inmediata.
Ésta figura no aparece contemplada dentro del Estatuto General (julio 2021) que fue aprobado como resultado de un Paro Universitario iniciado para sacar de la rectoría a un rector en propiedad acusado de abusar de su poder para obtener favores sexuales de las estudiantes de la Universidad del Atlántico.
Dentro de las deliberaciones que dieron vida al presente estatuto se consideró nocivo para la salud universitaria contemplar la figura de la reelección inmediata, precisamente, porque esto fue uno de los detonantes del último gran paro universitario y las decenas de paros universitarios y movilizaciones contra los rectores y rectores durante los últimos 20 años.

Al no existir un período institucional para la figura del rector, éste terminaba siendo presa de las mayorías del Consejo Superior o al revés, terminaba el Consejo Superior sometido al poder del rector, en todo caso, esta condición fue superada con la aprobación del nuevo estatuto que fijó un período de 4 años para el rector, surgido de un proceso de consultas de estudiantes y profesores que obliga al Consejo Superior a escoger un nombre dentro de las primeras 5 votaciones de las consultas, es decir, no se puede ser rector sin pasar por el tamiz de la democracia universitaria, que sin ser vinculantes las consultas, representan un importante avance en comparación con el estatuto anterior.

El actual rector es tal vez, el primer rector que culminaría su período (octubre 2025) dentro de los rectores que lo antecedieron y esto responde a que ha habido un respeto de los actores y estamentos universitarios hacia el nuevo Estatuto General, demanda histórica de los estamentos universitarios.

Quiere decir lo anterior, que la estabilidad universitaria que se respira en estos últimos 3 años obedece a que se subsanó una causal que daba origen a la inestabilidad y el descontento al fijarle período al rector y a democratizar un poco su escogencia.

Es falsa la narrativa que se ha querido imponer desde algunos sectores de la actual administración que apunta a que ha sido la gestión del actual rector lo que ha traído la paz y la estabilidad a la institución, como si se tratara de una figura mesiánica que llegó a salvar a la Uniatlántico y no a un problema estructural que cargaba la institución durante décadas, solucionado estructuralmente.

En Colombia, fue suprimida la reelección presidencial por considerarse nociva para la democracia, sin embargo, algunos sectores universitarios ondean esta bandera en el debate nacional gritando ¡Fuera Petro!, pero una vez pisan el Campus Universitario se cambian de bandera y gritan en coro #DaniloSigue

Más allá de las consideraciones jurídicas sobre una eventual reforma a los estatutos, que será motivo de otro escrito, y que, dicho sea de paso, es abiertamente ilegal, una reelección de la actual administración adolece de pésimos resultados en el cumplimiento de su misión y visión al ostentar tristes lugares en los rankings nacionales en materia de investigación, academia y extensión.

Estamos pues, ante una intención reeleccionista que no se compadece de sus propios resultados y que asemeja a un afán unipersonal y sectorial de mantener un poder para beneficios particulares.

Es de recordar que la Universidad del Atlántico es de carácter público, no privado.