La fiebre mundialista se tomó Barranquilla

*Ante el encuentro deportivo entre la Selección Colombia y Paraguay, la ciudad recibió más de 20 mil visitantes.

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

Este martes, la Selección Colombia volvió a Barranquilla, su casa oficial, para enfrentarse a Paraguay por las Eliminatorias al Mundial 2026, encuentro deportivo que avivó la emoción por el fútbol en nuestra ciudad y el orgullo que se siente por el combinado patrio.

Como era de esperarse, la ciudad volvió a vivir la fiebre mundialista y el estadio Metropolitano Roberto Meléndez fue el epicentro de esta gran fiesta donde sentimientos como la pasión, euforia y esperanza fueron los protagonistas.

Desde tempranas horas del día, los alrededores del estadio se convirtieron en el punto de encuentro de miles de aficionados que, entre cánticos y tambores, anticipaban la gran cita deportiva.
La celebración no esperó a que rodara el balón, pues en cada esquina de la ciudad se respiraba un ambiente de algarabía, con hinchas que compartían su entusiasmo. Puestos de comida, vendedores de accesorios alusivos a la tricolor complementaban el escenario, mientras las calles se teñían de amarillo, azul y rojo.

El colorido tuvo mayor protagonismo en las gradas del Metropolitano, donde una “mancha amarilla” se apoderó de las tribunas. Camisetas de la selección, banderas ondeando al viento, gorros extravagantes, pelucas e incluso disfraces alusivos al fútbol demostraban la creatividad de los aficionados.
Desde diversas regiones del país, hinchas viajaron con la ilusión de ver a su equipo en acción, siendo también el escenario perfecto para que familias enteras compartieran su amor por el fútbol.

Entre la multitud, los más pequeños se sumaron al espectáculo. Con sus rostros cargados de emoción, expresaban su admiración por sus jugadores favoritos, contagiando a los adultos y demostrando que el amor por el seleccionado nacional se cultiva desde la infancia.

Más allá de la emoción deportiva, la jornada dejó un impacto económico positivo. Vendedores independientes, hoteles, restaurantes y transporte experimentaron un notable incremento en la demanda, evidenciando que el fútbol no solo mueve emociones, sino también la economía de la ciudad.
Con un emotivo encuentro que despertó grandes satisfacciones, una vez más, la afición barranquillera demostró por qué esta ciudad es el hogar indiscutible de la Selección Colombia, esperando desde ya la próxima cita en la que la tricolor vuelva a encender el alma futbolera de una nación.