Un microestado con altos ingresos, seguridad y calidad de vida.
Liechtenstein, un pequeño principado enclavado entre Suiza y Austria, es considerado el país más rico de Europa en términos de PIB per cápita. A pesar de su reducido territorio de apenas 160 km², cuenta con una economía próspera, altos niveles de seguridad y una envidiable calidad de vida.
Un paraíso de estabilidad y bienestar
Liechtenstein destaca por su bajo nivel de desempleo, que ronda el 1%, y un modelo económico basado en la industria, los servicios financieros y el turismo. Su sistema financiero es conocido por su solidez y discreción bancaria, atrayendo capitales de todo el mundo.
En cuanto a seguridad, es uno de los países más tranquilos del planeta. Su tasa de criminalidad es casi nula y, debido a su dimensión reducida, no cuenta con ejército, delegando su defensa a Suiza.
Impuestos bajos y un sistema económico atractivo
Uno de los grandes atractivos de Liechtenstein es su política fiscal favorable. Su impuesto sobre sociedades es del 12.5%, inferior al de muchos países europeos, lo que ha llevado a la instalación de más de 4,000 empresas extranjeras dentro de sus fronteras.
A pesar de ser un destino de bajos impuestos, el país ha trabajado para salir de la lista de paraísos fiscales, reforzando su transparencia financiera y cooperación internacional.
Calidad de vida y un estilo de vida exclusivo
Vivir en Liechtenstein implica disfrutar de un alto nivel de vida en un entorno natural privilegiado. El costo de vida es elevado, similar al de Suiza, pero sus habitantes gozan de salarios altos, excelente infraestructura y acceso a servicios de salud y educación de primer nivel.
El transporte es eficiente y la movilidad con los países vecinos es sencilla. Muchos ciudadanos trabajan en Suiza o Austria, pero prefieren residir en Liechtenstein por sus ventajas fiscales y calidad de vida.
Un destino turístico poco convencional
Aunque no es un destino turístico masivo, Liechtenstein atrae a visitantes interesados en su cultura, paisajes alpinos y castillos medievales. La capital, Vaduz, es el centro político y cultural del país, albergando el Castillo de Vaduz, residencia de la familia principesca.
Los deportes de invierno y el senderismo son populares, gracias a la geografía montañosa del principado. Además, su cercanía con Zürich, Múnich y Milán facilita la conexión con otras grandes ciudades europeas.
Liechtenstein es un modelo de estabilidad, prosperidad y exclusividad dentro de Europa. Su política fiscal, seguridad y calidad de vida lo convierten en un destino atractivo tanto para inversores como para residentes que buscan tranquilidad y bienestar en un entorno privilegiado.
Y.A.