Un castigo físico en nombre de la educación: opiniones divididas sobre el uso de la disciplina con el cinturón.
Si pensabas que las travesuras infantiles eran lo peor que un padre podía enfrentar, prepárate para la última noticia que ha puesto a todos a debatir. Una madre, en un intento desesperado por mejorar el bajo rendimiento escolar de su hija, decidió utilizar el clásico y controversial recurso del cinturón como medida correctiva.
Según la madre, su hija tiene todos los recursos para estudiar y, por lo tanto, su bajo desempeño no tiene justificación. ¿Solución? Un buen golpe de disciplina.
Pero lo que en su casa podría haber sido un intento de corrección ha generado un alboroto digital. Las redes sociales se han llenado de opiniones divididas. Por un lado, algunos defienden la postura de la madre, alegando que en su tiempo la disciplina era «de mano dura» y que quizás algo de eso hace falta para los niños de hoy. «A mí me dieron en la espalda con la regla y miren, ¡aquí estoy!», dirán algunos en tono nostálgico.
Sin embargo, el otro bando, mucho más vocal, no tarda en señalar los posibles efectos negativos de este tipo de castigos. «¿Cómo le enseñas a tu hija a ser responsable con su educación pegándole?», cuestionan otros.
Se habla de impacto emocional y de cómo este tipo de castigos podría afectar la autoestima de la menor a largo plazo. «Es un llamado urgente para que las autoridades de protección infantil intervengan», añaden los más preocupados, y no les falta razón. En pleno siglo XXI, el uso de un cinturón como herramienta educativa es un tema más que polémico.
Algunos expertos, por su parte, hacen un llamado a que se consideren métodos más constructivos y afectivos para fomentar el aprendizaje escolar, como el diálogo y el acompañamiento. «El amor y la paciencia son más efectivos que cualquier objeto contundente», afirman, mientras la madre en cuestión se mantiene firme en su decisión.
Lo que parece claro es que el caso ha logrado hacer lo que pocos logran: unir a la sociedad en un debate tan encendido como la «guerra de la educación». Con muchos en las trincheras de los métodos tradicionales y otros a favor de las técnicas más modernas y respetuosas, este episodio promete seguir siendo tendencia en las redes sociales.
¿Qué opinan ustedes? ¿El cinturón como medida de disciplina sigue siendo válido? ¿O, por el contrario, es hora de dejar esas prácticas atrás y confiar en métodos más afectivos?
Y.A.